Adiós a las grasas trans en alimentos elaborados

Desde hoy Argentina es el primer país latinoamericano y el tercero en mundo -junto a Dinamarca y Suiza- en reducir al dos por ciento el contenido de grasas trans en aceites y margarinas, y al cinco por ciento en alimentos elaborados.

El cambio introducido en el Código Alimentario Argentino (CAA) prohíbe el aceite vegetal hidrogenado de origen industrial –las llamadas grasas trans– en los alimentos procesados.

El consumo de este ingrediente aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, de muerte súbita de origen cardíaco y de diabetes mellitus. La Organización Mundial de la Salud advierte que una ingesta diaria de cinco gramos de grasas trans puede aumentar en un 25 por ciento el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Esto se debe a que incrementan el colesterol LDL («colesterol malo») y disminuyen el colesterol HDL («colesterol bueno»).

Un estudio del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS) sobre esta modificación del CAA proyecta que la medida evitará anualmente hasta 1.500 muertes asociadas a enfermedad coronaria, 2.880 infartos agudos de miocardio y más de 1.000 anginas inestables, totalizando más de 5.000 eventos coronarios agudos. Además, permitirá un ahorro anual para el sistema de salud que puede llegar hasta 100 millones de dólares asociados al tratamiento y seguimiento de estos casos.

Actualmente los cinco grupos de alimentos con mayor contenido de grasas trans son los baños de repostería, los productos de panadería, los alfajores, las barritas de cereales, las galletitas y los platos precocidos. Así lo demuestra un relevamiento de 528 productos en las góndolas de una de las principales cadena de supermercados que realizó la Fundación Interamericana del Corazón (FIC) Argentina.

Los cambios introducidos en el artículo 155 del CAA establecen que «el contenido de los ácidos grasos trans de producción industrial en los alimentos no debe ser mayor al dos por ciento del total de grasas en aceites vegetales y margarinas»; tampoco debe superar “el cinco por ciento del total de grasas en el resto de los alimentos».

Ese mismo artículo precisa que «a fin de facilitar y efectivizar el cambio tecnológico en las industrias elaboradoras de alimentos, la norma previó un plazo de adecuación que ayer culminó. Principios de diciembre de 2012 para aceites vegetales y margarinas, y 3 de diciembre de 2014 para los demás alimentos».

La Organización Mundial de la Salud (OMS) inició hace una década la recomendación de eliminarlas de los alimentos procesados destinados al consumo humano. De acuerdo al organismo, la ingesta máxima de ácidos grasos trans debería ser menor al uno por ciento del total de calorías consumidas diariamente.

Cabe destacar que en Argentina los rótulos de los alimentos deben detallar los componentes de fabricación del alimento, entre los que se cuentan el mencionado ingrediente. Se debe considerar esta información a la hora de comprar y consumir alimentos, para ir hacia hábitos alimentarios más saludables.

Los especialistas destacan que Argentina es el primer país de Latinoamérica en introducir una política de este estilo sobre las grasas trans y que la medida resultará efectiva por su capacidad de llegar a toda la población, incluidos los niños.