- El sábado pasado, Tamara, una de las residentes del lugar, pudo cumplir su sueño de tener su fiesta de 15 años.
- Como ella, muchos niños, niñas y adolescentes que están pasando por una situación difícil en su familia de origen, cuentan con un sistema de protección integral de sus derechos.
La “Resi”, como la suelen llamar, es el segundo hogar para muchos niños, niñas y adolescentes que, por alguna razón, no pueden seguir viviendo en su familia de origen. “Yo siempre vuelvo”, dice una de las invitadas a la fiesta, mientras sostiene su bebé en brazos. “Por el cariño, pero más que nada por haberme enseñado de que a pesar de lo que puedas haber sufrido, siempre se puede salir adelante”.
Como Tamara, muchos niños, niñas y adolescentes viven en la actualidad o han pasado por alguna de las residencias de gestión directa que pertenecen a la SeNAF, distribuidas por la provincia de Córdoba. El acogimiento en estos espacios se solicita cuando la permanencia en sus familias de origen pone en riesgo la vida del joven, lo que exige que no pueda seguir ahí hasta tanto la situación no se resuelva.
Si bien son instituciones de tránsito ya que a través de ella se busca la rápida reinserción del niño, niña o adolescente a su grupo familiar de origen, hasta tanto esto no suceda, se prioriza brindarles un entorno lo más parecido a una familia, garantizándole la atención de un médico, su asistencia a clases, la posibilidad de recrearse o salir con amigos.
Por eso, el sábado, el salón de la residencia fue preparado por los empleados y empleadas en cada detalle. Rodeada a amigos y parientes, Tamara bailó el vals y cantó al ritmo de Magui Olave y su banda, que se presentó en vivo para la fiesta.
A propósito, la directora del espacio dijo que “siempre tratamos que todos tengan una vida lo más familiar posible”, es decir, transmitirles algo del cariño que sintió Tamara durante el festejo, junto a sus seres queridos que la acompañaron.
