Cuidar el agua, una transformación cultural

Reconocer que el agua es un recurso natural finito y vulnerable y que de ella depende nuestra subsistencia como especie, es el reto de estos tiempos y lo que nos impulsa a asumir el compromiso de diseñar y ejecutar políticas públicas integrales para preservar el estado de las cuencas y asegurar buenos parámetros de cantidad y calidad de este vital elemento.

Como Estado tenemos el deber de instrumentar los mecanismos tendientes a consumar y sostener en el tiempo estas políticas, siendo indispensable para ello contar con ciudadanos cada vez más conscientes y responsables de sus actos cotidianos. Vale decir que todos, como parte de una sociedad globalizada, tenemos un rol trascendental en el cuidado y uso racional del recurso.

El cuidado de las fuentes de agua dulce es tarea del conjunto de la sociedad. Desde el Ministerio de Agua, Ambiente y Energía ejecutamos acciones de ordenamiento, preservación, regulación y control de las cuencas superficiales y subterráneas para contribuir al desarrollo socio-económico de la provincia de Córdoba.

Como gestores de los recursos hídricos, nuestro desafío y el de los gobiernos locales es orientar y coordinar las intervenciones que llevan a cabo distintos actores en un mismo cauce. Esto requiere del trabajo mancomunado de los diferentes niveles de gobierno, las cámaras empresarias, los cuerpos colegiados y organizaciones del tercer sector que ejercen allí, sus actividades.

La situación se complejiza por el desbalance entre la oferta y la demanda de agua. Cada vez somos más habitantes y el nivel de precipitaciones en Córdoba se mantiene constante en esta región semiárida del país. Es por esto que el diseño y ejecución de trabajos de infraestructura para transportar agua atiende a esta cuestión.

Con el esfuerzo de todos los cordobeses, estamos ejecutando obras de provisión de agua potable para llevar tranquilidad y más calidad de vida a los vecinos, asegurando así la garantía de los sistemas ya instalados. En este sentido podemos mencionar el reemplazo del tramo Saldán – Villa Allende del acueducto Sierras Chicas, el acueducto San José de la Dormida y el reemplazo del caño de aducción de la Planta Potabilizadora La Calera, entra otras intervenciones impulsadas por la Provincia.

Ya en el último eslabón de este circuito, cobra protagonismo la responsabilidad ciudadana en el uso del agua. Poder acceder a ella es un derecho de todos, como también lo es el deber de actuar teniendo en cuenta la vulnerabilidad de este recurso cada vez más escaso.