Hospital Pasteur: exitosa intervención a una beba prematura

El servicio de Neonatología del Hospital Regional Pasteur fue escenario de una cirugía cardiovascular exitosa realizada el viernes pasado a una beba prematura nacida con 25 semanas de gestación. La intervención, que se realizó debido a una cardiopatía congénita (ductus arterioso persistente) estuvo a cargo de los cirujanos cardiovasculares pediátricos Héctor Díaz y Marcos Loconte. Estos profesionales integran un equipo itinerante que opera en las dos maternidades provinciales, en el Hospital de Niños y, en ocasiones, en hospitales del interior.

Es la primera operación de estas características realizada en el Nuevo Hospital (que fuera inaugurado a fines de 2014: ver archivo). Previamente, se había realizado una intervención similar en abril del año pasado en las instalaciones de la calle Mendoza.

La beba, que pesaba poco más de un kilogramo, fue intervenida a 40 días de su nacimiento. Debido a que la complejidad del caso impedía su derivación, fue necesario adaptar la sala del servicio de Neonatología para realizar allí mismo la cirugía.

En ese sentido, el jefe del servicio, Víctor Ragusa, explicó que “hubo que transformar una de las salas en quirófano, lo que también marca una experiencia significativa para este nuevo hospital; aunque en virtud del nuevo equipamiento y la complejidad  actual resultó mucho más fácil que la experiencia anterior”.

La operación

La presencia de los cirujanos de Córdoba Capital se debió a la necesidad de utilizar una de las técnicas innovadoras para este tipo de cirugías en prematuros que evita que se toque la pleura del pulmón.

Díaz explicó que “esta cardiopatía hace que la arteria pulmonar le robe sangre a la aorta, pudiendo producir una congestión pulmonar. Además, los tejidos no reciben la sangre suficiente y el corazón intenta compensar esta situación sin poder lograrlo e incurriendo en una insuficiencia cardíaca que puede costarle la vida al bebé”.

Sobre la intervención precisó que “se realizó de manera exitosa una toracotomía para clampar el ductus arterioso (se pinza el conducto con instrumental quirúrgico -pinzas especiales- de modo que quede cerrado) que, por cierto, era grande. La pequeña estuvo estable, lo cual resultó fundamental en este proceso”.

Por otro lado, destacó la labor del equipo de Neonatología del Pasteur al calificar su desempeño como “excelente; la colaboración fue perfecta y todo salió de acuerdo a lo planeado, no hubo ningún contratiempo”.

Consultado por  el estado de salud de la beba, Ragusa se mostró visiblemente emocionado al explicar que “ ya salió de su insuficiencia cardíaca, se la está descomplejizando y evoluciona favorablemente; lo único que resta es poder sacarle el respirador, pero entre hoy y mañana lo estaremos haciendo”.

Finalmente, el responsable de Neonatología volvió a resaltar el hecho de que esta intervención se practique en un hospital público, “con un gran equipo de profesionales y seres humanos; una circunstancia que nadie hubiera imaginado un par de años atrás”.

Es preciso destacar que, además de los cirujanos, participó de la operación un equipo de ocho profesionales del Hospital Pasteur: un anestesista, cuatro enfermeras, un instrumentista y dos médicos neonatólogos.

Ductus Arterioso Persistente

El Ductus Arterioso Persistente (DAP) es un problema frecuente y complejo en los recién nacidos pretérmino. Se da cuando la comunicación que existe entre el sistema arterial pulmonar y la aorta durante la vida fetal, se mantiene después de nacer.

Es la más común de las malformaciones cardíacas en neonatos y se produce en el 60 por ciento de los niños con menos de 28 semanas de gestación. Los bebés con trastornos genéticos, como el síndrome de Down, o los bebés cuyas madres hayan contraído rubéola durante el embarazo están en mayor riesgo de padecer este problema.