De vacaciones: el chapuzón en ríos y lagos

La imagen de los bañistas disfrutando de lagos, ríos y arroyos es una clásica postal del verano cordobés. Es que hay pocas actividades más placenteras que una refrescante zambullida en el agua en días cálidos . La naturaleza ha sido generosa con la provincia, ofreciendo alternativas para todos los gustos: arroyitos serranos para remojar los pies, piletones y cascadas en ríos para aficionados a la natación, e inmensos espejos de aguas, ideales para la práctica de deportes náuticos.

Para pasarla bien, tené en cuenta:

– Los ríos cordobeses tienen diverso caudal, profundidad y comportamiento. Si no conocés, antes de meterte al agua preguntá a los lugareños cuáles son los lugares más aptos para bañarse.

– En lagos y embalses la zona apta para bañarse y nadar suele estar delimitada por boyas.

– Si no sabés nadar, no te metas al agua sin conocer la profundidad del río.

– Controlá a tus hijos, especialmente en las costas de los ríos profundos y caudalosos.

– No nadar solo por la noche o en aguas turbias.

– Prestá atención a las indicaciones de guardavidas, policías, bomberos y Defensa Civil.

– Después de comer, esperá hacer la digestión antes de sumergirte al agua.

– Antes de ir a la playa, no consumás alcohol, porque genera pérdida de lucidez y de reflejos. El mayor porcentaje de ahogados se produce por esta causa.

– Cuando el agua del río o arroyo se pone de color marrón y trae espuma, ramas, hojas o basura significa que va a crecer. Alejate pronto y resguardate en zonas altas; nunca lo haga en islas o piedras porque la creciente puede incrementarse y quedar aislado o ser arrastrado.

– Si ha llovido por varias horas, presta atención a lo que informen los medios de comunicación, ya que habitualmente advierten sobre las crecidas de los principales ríos. Seguí las advertencias de los bomberos y de la Policía.

– Antes de arrojarte al agua, asegurate que no haya piedras en el lecho del río. Habitualmente pasan desapercibidas desde la playa o desde la superficie del río.

– No crucés vados o puentes que se encuentren tapados por la correntada del agua, aunque parezca que se pueden pasar sin peligro. No te confíes.

– Nunca armés la carpa en cercanías de ríos o arroyos, ni en zonas bajas, ya que una creciente repentina puede sorprenderte mientras dormis.

– La mejor manera de saber de donde acampar, fuera de un camping, es observar con detenimiento la marca nivel de crecimiento de agua, que deja resaca en árboles, piedras y alambrados.

– Si no sabés nadar permanecé en las zonas bajas del río.

– Las operaciones de rescate en el agua las realiza personal entrenado. Evitá riesgos si no tenés preparación para dar auxiliar a quien está en peligro. Antes buscá ayuda y da aviso.