Los beneficios de amamantar, en primera persona

Ivana Saurina es psicóloga y trabaja en la Dirección de Maternidad e Infancia, en temáticas como desarrollo infantil y adolescencia. La promoción de la lactancia materna atraviesa su formación y su labor cotidiana, pero ahora le tocó hacer el salto desde lo teórico a la práctica. Hace casi seis meses, nació su hija Jazmín, a quien desde el primer momento decidió darle la teta.

«Lo que he podido experimentar, más allá de lo que yo conocía, es la recuperación mía, que fue muy rápida. Cuando mamaba mi niña, se contraía mi útero, yo lo sentía físicamente. También me ayudó a bajar los kilos del embarazo «, dice Ivana.

La practicidad es para ella otro aspecto positivo de la lactancia. «Para mí es tan fácil darle de mamar: no tenés que levantarte, esterilizar una mamadera, calentar agua; ahí está, siempre lista. Y no tenés un gasto extra en comprar leche», enumera. Y asegura que el papá de Jazmín también suele esgrimir todas estas ventajas.

Por supuesto, la razón fundamental para elegir la lactancia materna es la salud de su hija, que no ha tenido nunca problemas gástricos ni infecciones respiratorias. «Su peso y su curva de crecimiento y desarrollo están perfectas. Y no se enfermó nunca, aún estando en ambientes con personas con las que tenía que convivir que estaban enfermas. Eso tiene que ver con que está bien nutrida y alimentada. Y tiene todas las vacunas», señala Ivana.

El fortalecimiento del vínculo entre madre e hija es otro gran motivo para emprender la lactancia materna, que repercute cuando la bebé entabla sus relaciones con el mundo. «Mientras le doy la teta, la miro, nos tocamos mucho, a veces le canto, a veces interviene el papá, que la hace jugar o le dice que tome, si se distrae mucho», describe. Claro que en ocasiones se dan las condiciones para vivirlo como un momento más íntimo, de conexión, y otras veces es un acto que se acomoda a la rutina y se hace en forma más ágil y práctica.

Para Ivana, es importante también transmitir una visión realista y posible de la lactancia materna, alejada de conceptos idealizados. En ese sentido, recuerda que es un proceso que todas las mamás pueden llevar adelante, pero que implica un aprendizaje, intentar, encontrar la manera, recibir apoyo, tener paciencia.  Y cuenta que aunque ella sabía mucho y se había preparado, «fue indispensable en el momento de iniciar la lactancia la ayuda de las enfermeras. Que se acerque una persona que te indique cómo acercarla al pecho, cómo apoyarle la boquita, cómo estimularla, te da confianza».

Amamantar y trabajar

Ivana ha retomado sus funciones en Maternidad e Infancia, y asegura que el apoyo de sus compañeras fue muy importante para acomodarse a su nueva realidad de amamantar y trabajar. Por una cuestión fortuita de tiempos de inscripción, Jazmín no pudo comenzar la guardería, por lo cual, por unos días, van juntas a la oficina.

También resalta el beneficio de la licencia extendida en la administración pública. «Para mí fue muy importante contar con la licencia por maternidad de seis meses que otorga el Gobierno, porque me permitió estar con ella y establecer la lactancia «, afirma.

Ivana toma la precaución de extraerse leche cuando no puede estar con su bebé por alguna circunstancia, para que se la dé el papá o la abuela. «Aunque Jazmín es una fundamentalista de la lactancia materna, no quiere agarrar la mamadera», bromea su mamá. La estrategia que han encontrado en estos casos, gracias al apoyo del equipo de salud, es darle la leche con un vasito de plástico con pico.

Ivana está convencida de que amamantar también trae beneficios en su rol laboral, ya que no solo no siente que afecte en nada su productividad, sino que contribuye a que ella pueda descansar bien de noche y por lo tanto, rendir mejor en el trabajo. «Jazmín se despierta, toma le teta y automáticamente se vuelve a dormir. No llora por las noches, no está descompuesta y todo eso lo vinculo a que ella tome teta», ejemplifica.

Ivana concluye, contundente: «Yo veo solo beneficios en la lactancia materna». Y se prepara para darle el pecho a Jazmín, que -aunque con el tono tranquilo que la caracteriza- ya la reclama.