La ley que reduce el consumo de sal permite salvar vidas

Córdoba acaba de aprobar la adhesión a la Ley Nacional Nº 26.905 que regula el consumo de sal común, una medida a la que los profesionales de la salud le otorgan una importancia decisiva, muy fácil de comprender si se considera que por cada gramo de sodio que se reduzca podrían evitarse 6 mil muertes por enfermedades cardiovasculares.

El dato impacta y quien lo ofrece es Alicia Mombrú, la coordinadora de Programas de Alimentación Saludable que depende de la Dirección de Enfermedades Crónicas No Transmisibles del Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba.

La norma nacional a la que adhirió la Legislatura provincial establece valores máximos de sodio permitido en alimentos elaborados y a la venta y contempla la reducción progresiva de la sal contenida, con el propósito de atenuar gradualmente su impacto en distinto tipo de enfermedades.

Mombrú recuerda que la primera causa de muerte en el país son las enfermedades cardiovasculares y en consecuencia «regular el consumo de sal es una política pública sin costo alguno». La estadística de 2005, 8 años antes de la aprobación de la Ley 26.905, demostraba que en Argentina se estaba consumiendo más del doble de los valores aconsejados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Concretamente, mientras cada argentino incorpora cada día 12 o 13 gramos de sodio, la OMS recomienda un máximo de 5 gramos.Más allá de las cifras es necesario saber que la sal en exceso, junto a otros factores relacionados con la forma de vida, tiene incidencia en eventos cardiovasculares, cerebrovasculares y renales crónicos.

Lo bueno de esos datos alarmantes es que es relativamente fácil modificar esos hábitos.Consultada sobre la forma más efectiva de formar a las nuevas generaciones en el menor consumo de sodio, Mombrú  señala, por ejemplo, que cuando los padres comienzan a darle alimento sólido al bebé, instintivamente salan la comida.

«Sin embargo, deberían saber que podrían no agregarle sal ya que los alimentos tienen una cuota incorporada y, por otra parte, el niño no advertiría ninguna diferencia».

También sostiene que deriva de la costumbre lo de tomar el salero y darle un toque a la comida, sin antes probarla.De ahí la trascendencia de normas que mantengan la sal alejada de la mesa.

La norma ahora vigente en Córdoba contempla «establecer en acuerdo con las autoridades jurisdiccionales los menús alternativos de comidas sin sal agregada, las limitaciones a la oferta espontánea de saleros, la disponibilidad de sal en sobres y de sal con bajo contenido de sodio, que deben ofrecer los establecimientos gastronómicos».

Mucho antes de que la Unicameral tratara la adhesión a la ley, el Ministerio de Salud venía trabajando con distintos sectores, por ejemplo con los panaderos, para reducir la cantidad de sodio en toda la línea de productos.Lo que hasta ahora fue fruto de trabajosas negociaciones y que sólo podía ser voluntario para los comerciantes que quisieran sumarse al programa, podrá tener de aquí en más  la fuerza que emana de la ley.

«Tiene una importancia decisiva que en vez de poner, por caso, un kilo de sal en 50 kilos de harina, se reduzca a 600 gramos» advierte la coordinadora de Programas de Alimentación Saludable, señalando además que hay que trabajar con los alimentos más problemáticos.

A manera de ejemplo destaca el tema de los embutidos, en los que la sal se emplea como conservante. «En ese caso hay que utilizar otra clase de conservantes».

Insistió en lo bueno de disponer una norma «que permite proteger sin costo. Antes  había que rogar por la reducción de sodio y ahora en cambio se puede disponer en forma obligatoria y con la advertencia de que hay multas previstas para los casos de incumplimiento».

Respecto a las cuestiones que ignoramos y que deberíamos conocer para cuidarnos, Alicia Mombrú indicó que «deberíamos saber que las gaseosas contienen sodio y rara vez lo consideramos, al igual que los productos de panadería que no nos hacen pensar en la sal porque son dulces».

Salud ha considerado oportunamente con la Federación de Gastronómicos, Hoteleros y Panaderos el tema de la reducción de sodio y las medidas necesarias para hacerlo posible. La adhesión de la Provincia a la ley allana ahora el camino para acuerdos con todos los sectores productores de alimentos.

Así como antes estuvo a la cabeza de los consumidores de sal, Argentina lidera en este momento en la región la campaña de reducción de sodio y está haciendo esfuerzos no sólo para concientizar y proteger a su población, sino que ha comenzado a asesorar en el tema a países vecinos.

CON MENOS SAL ES MÁS SANO

  • Lea la etiqueta de información nutricional para ver cuánto sodio hay en los alimentos.
  • Prepare su propia comida cuando pueda.
  • No le añada sal a los alimentos antes o mientraslos cocina, y limite el uso del salero en la mesa.
  • Añada sabor sin añadir sodio.
  • Use hierbas y especias, en vez de sal, para sazonar sus alimentos. Pruebe el romero, el orégano, la albahaca, el curry en polvo, la pimienta de cayena, el jengibre, el ajo fresco o el polvo de ajo (no la sal de ajo), la pimienta negra o roja, el vinagre o el jugo de limón y las mezclas de condimentos sin sal.
  • Consuma alimentos frescos todas las veces que pueda.
  • Enjuague los alimentos enlatados que contengan sodio, como el atún, los vegetales antes de usarlos..
  • Tenga en cuenta los condimentos. El sodio en la salsa de soja, el ketchup, los aderezos para ensaladas y los sobres de condimentos puede llegar a ser muy alto.
  • Pregunte en los restaurantes. Pida que le muestren la información nutricional en los restaurantes y elija una opción con menor contenido de sodio. Solicite que le preparen la comida sin sal y que las salsas y los aderezos para las ensaladas se los sirvan aparte, para así usar menos cantidad.