El Programa de Abordaje Integral de la Obesidad Infantil de la Provincia fue creado en el año 2015, con el objetivo de dar respuesta a esta problemática en el ámbito escolar. Ante la necesidad de que niños y niñas no escolarizados también tuvieran acceso al programa, se estableció un consultorio específico con sede en el Hospital Pediátrico, en donde las profesionales del equipo atienden dos veces a la semana; el resto de los días, lo hacen en escuelas púbicas primarias.
La licenciada en nutrición, Verónica Varisco y las médicas Natalia Ratti y Alicia Alfonso, son las tres profesionales a cargo del programa.
“Tener asiento en el hospital nos permite hacer de nexo para que niños y niñas que abordamos en la escuela puedan tener todos los estudios correspondientes, o si fuera necesario, ser derivados a otro servicio del hospital. Eso facilita mucho la accesibilidad y la adherencia al programa”, afirma Natalia Ratti; quien hace referencia que, desde el inicio del programa, 890 niños han recibido tratamiento allí.
En la escuela, si bien las tareas tienen una secuencia lógica, el trabajo se adapta a la particularidad de cada institución. “La idea es tomar contacto con niños y niñas, sus familias, la comunidad educativa y acercarles la posibilidad de brindarles no solo un diagnóstico, un tratamiento y seguimiento, sino también contención”, explica Alicia Alfonso.
La propuesta no se limita a trabajar con la niñez que tiene sobrepeso, sino que busca sensibilizar y trabajar en la prevención y mejoramiento de los hábitos en todos los estudiantes de las escuelas. Las instituciones son seleccionadas en coordinación con el Ministerio de Educación, teniendo en cuenta distintos factores, como la prevalencia de la problemática.
Estrategias de trabajo
La intervención en cada institución dura entre tres y cuatro meses y las actividades que se llevan adelante incluyen talleres de cocina con niños y niñas, talleres informativos y sobre medidas de prevención con las familias y capacitaciones para docentes y toda la comunidad que trabaja en la escuela. El programa cuenta con el apoyo permanente de las alumnas de la Escuela de Nutrición de la UNC para hacer actividades en el aula.
Además, se despliegan otras estrategias como la implementación de un quiosco saludable en las escuelas, y en aquellas que no cuentan con uno, con el recreo saludable, que implica que alumnos y alumnas traigan desde sus casas los alimentos.
Desde la escuela se construyen hábitos, por eso desde el Programa se trabaja el concepto de comensalidad, idea que remite al hecho de comer y beber juntos alrededor de una misma mesa. Es el espacio simbólico en el que el grupo social comparte y transmite sus valores y su identidad cultural.
“Utilizamos el comedor como un espacio pedagógico, en donde se puede compartir, en donde hay charlas, en donde niños y niñas pueden incorporar hábitos. La comensalidad tiene que ver con las actitudes o las cuestiones vinculantes a las personas relacionados a la alimentación”, afirma Ratti. En ese momento, las profesionales aprovechan para charlar sobre lo que están comiendo, los grupos de alimentos, las cantidades necesarias, por qué no se debe repetir y otros temas relacionados.
Además, desde el programa se parte desde la dimensión psico-afectiva y entendiendo que las personas son más que un cuerpo. “Es importante que ellos puedan expresar lo que les sucede con su cuerpo y con sus emociones. Es una enfermedad (la obesidad) estigmatizante; se trata de niños que se enfrentan todos los días a ir a la escuela sabiendo que quizás van a recibir burlas”, afirma Varisco.
El programa cuenta con el apoyo de la Subdirección de Promoción Social y de la Salud del Ministerio de Educación, a través de un aula virtual en donde se capacita en alimentación saludable a docentes de las escuelas que participan del programa.
Recomendaciones para incorporar hábitos saludables
Las pantallas están presentes en todo momento, tanto en niños y niñas como en adolescentes. El ritmo de vida actual lleva al sedentarismo y a que las familias dediquen menos tiempo a la preparación de las comidas.
“Se trata -en la medida de lo posible- de volver a incorporar el hábito de cocinar en casa, de evitar el delivery o el tipo de cocción más rápida, que es a base de frituras; de incorporar más frutas y verduras de estación, de conocer los sabores originales de las cosas y dejar de lado los alimentos ultra- procesados”, explica Ratti.
De acuerdo a la Segunda Encuesta Nacional de Nutrición y Salud, el 41,1 por ciento de niños, niñas y adolescentes de entre 5 y 17 años tiene sobrepeso y obesidad en Argentina, en una proporción de 20,7 por ciento y 20,4 por ciento, respectivamente, sin diferencias por nivel socioeconómico.
En niños y niñas de 0 a 5 años, el exceso de peso alcanza el 13,6 por ciento, una cifra elevada si se tiene en cuenta que el exceso de peso esperado para esta edad es de 2,3 por ciento. De acuerdo a estos números, el sobrepeso y la obesidad son un problema creciente en el país. En Córdoba, la proporción de niños, niñas y adolescentes con sobrepeso y obesidad es del 30 por ciento.
Algunos consejos para lograr un cambio de hábitos en relación a la comida
- Acordar un tiempo determinado para el uso de pantallas.
- Alentar a niños y niñas a colaborar con las tareas de la casa.
- Si las distancias lo permiten, ir caminando a la escuela o a las distintas actividades diarias.
- Proponer actividades físicas o deportivas. Varios espacios estatales ofrecen actividades gratuitas.
- Aprovechar los fines de semana o reuniones de los domingos para hacer caminatas o actividades físicas en familia.
- Incentivar el juego.
- Promover que niños y niñas se acuesten temprano.
El Programa de Obesidad Infantil forma parte de la Comisión de Entorno Escolar Saludable, de la Mesa de Obesidad de la Secretaría de Prevención y Promoción de la Salud del Ministerio de Salud junto a la Dirección de Enfermedades Crónicas no Transmisible; de la Mesa de Crecimiento y Desarrollo de la Dirección de Jurisdicción de Maternidad e Infancia y de la Transversal de la Salud del Ministerio de Educación.