«Las autoridades locales presentaron buen análisis epidemiológico y demostraron la existencia de una red de salud, de atención a los enfermos, que estará apta para atender una situación de emergencia».
Así se expresó el consultor de epidemiología y enfermedades transmisibles de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Giovanini Coehlo, en su reciente visita a Córdoba. El referente participó de la III Jornada provincial de actualización en dengue, chikungunya y zika, realizada a fines de noviembre.
Coehlo hizo referencia en particular a la trayectoria de Red SERENAR -Seguimiento de Recién Nacidos de Riesgo- y al dispositivo organizado en torno a las mujeres embarazadas y a recién nacidos, ante eventuales casos de síndrome congénito por zika.
«Mi impresión es altamente positiva, porque tuve la oportunidad de conocer un equipo técnico de alta calidad, que presentó informaciones que demuestran la existencia de un trabajo de largo plazo», completó el consultor de OPS.
Durante las Jornadas, Coehlo dio dos conferencias; una sobre la situación epidemiológica de dengue, chikungunya y zika en las Américas, y otra sobre nuevas tecnologías para el control del mosquito aedes aegypti. En esta última, detalló el análisis que realizó el Grupo Asesor de Control de Vectores de la OMS en marzo de este año, en relación a cinco tecnologías innovadoras: el uso de la bacteria wolbachia, la manipulación genética del mosquito, la esterilización de machos, las trampas de vectores y los cebos tóxicos de azúcar.
El grupo concluyó que actualmente no puede recomendar la implementación programática a gran escala para ninguna de las cinco herramientas revisadas; aunque sí consideró plausible la implementación de experiencias piloto para las dos herramientas de control biológico (wolbachia y mosquitos transgénicos), acompañadas de una vigilancia y evaluación rigurosas e independientes. También consideró que es necesaria más evidencia antes de que los otras tres herramientas adicionales puedan ser recomendadas para una prueba piloto.
Al respecto, Coehlo resumió que la recomendación principal es que las nuevas tecnologías, antes de ser aplicadas, tienen que haber demostrado su eficacia. Además, recalcó que las metodologías conocidas, como las campañas comunitarias de descacharrado e información o los rociados espaciales (en la indicación y el momento preciso) son eficaces. «Los métodos actualmente disponibles, si son utilizados de manera adecuada, sistematizada, tienen impacto en la reducción de los mosquitos y en la reducción de enfermedades», afirmó.
También recalcó que no hay una «varita mágica» y que las herramientas disponibles deben usarse en forma complementaria, dentro de una estrategia global. Finalmente, el consultor remarcó el carácter indispensable de las acciones de movilización social en torno a la prevención del dengue, chikungunya y zika. «Las medidas de control del vector, cuando tienen la participación comunitaria, son mucho más efectivas», concluyó.