Accidentes infecciosos: kits y capacitación para tratarlos

Las lesiones punzocortantes, el contacto con mucosas y fluidos corporales con agentes patógenos son riesgos a los que el personal de salud está expuesto diariamente. Pero eventos no esperados de esta clase también pueden producirse fuera del ámbito sanitario y afectar a cualquier persona, como ante la rotura del preservativo en encuentros íntimos ocasionales o, extremando el ejemplo, frente a una violación.

En el ámbito de la salud se los denomina accidentes ocupacionales y no ocupacionales. Con el objeto de unificar criterios y acciones, desde el Ministerio de Salud de la Provincia se organizó un comité cuyo trabajo impulsa la creación de una red extendida a nosocomios provinciales y municipales a lo largo y ancho de la provincia.

Julio Cohen, director del Hospital Rawson y uno de los creadores de dicho comité, explica que “se trata de un grupo interdisciplinario de trabajo que tiene como objetivo primordial capacitar al personal con relación a este tipo de accidentes. También se ocupa de contener la demanda de las consultas que puedan ocurrir, articulando el trabajo entre Provincia y municipalidades bajo el concepto, manejado desde el Ministerio de Salud de Córdoba, de que la salud es una”.

Cohen explica que hasta el momento, 22 centros del interior fueron capacitados y además recibieron kits de profilaxis post exposición. Estos kits alcanzan para contener la urgencia durante cinco días.

“Se sectorizó la provincia en hospitales de referencia, que son los que poseen el kit; luego, hay hospitales y centros de salud que están muy cerca, a una distancia que se cubre en menos de dos horas, que es el tiempo ideal como para comenzar la profilaxis post exposición con el mayor éxito posible”, puntualiza el funcionario.

De esta manera, toda la provincia está provista del material requerido para intervenir en los casos en que sea preciso.

Importancia de la capacitación

Cohen aclara que para poder trabajar en profilaxis es preciso contar con la capacitación adecuada.

“Son drogas que por cierto tienen toxicidad y reacciones adversas que quien las utiliza o prescribe debe conocer. También hay interacciones importantes que pueden ser muy graves, combinadas con medicaciones que pueda estar tomando la persona en ese momento. El equipo de salud debe saber específicamente cuáles son los riesgos del uso. Además deben conocer específicamente cuál es el kit a utilizar, relacionado con el tipo de accidente, que puede ser leve, moderado o severo”, detalla.

El paciente accidentado en el ámbito de la salud puede infectarse con tres tipos de virus: VIH, hepatitis B y C.

“En el caso de accidentes no ocupacionales, a lo anterior se agrega una serie de medicamentos que se administran por vía parenteral y/u oral, que tiene que ver con las infecciones de transmisión sexual”, especifica el profesional.

Además de la profilaxis post exposición para VIH, y de la serología de hepatitis B y la vacunación si correspondiera, a ese paciente se le ofrece o indica una serie de antibióticos con el objeto de prevenir infecciones de transmisión sexual. “De este modo, el kit de la profilaxis no ocupacional está ampliado para las ETS”, finaliza Cohen.