Internos mejoran juegos en un jardín de infantes de Villa Dolores

En procura de extender las políticas de integración entre el Servicio Penitenciario y la sociedad, internos que cumplen condenas en el Establecimiento Penitenciario N° 8 de Villa Dolores entregó distintos juegos para niños, materiales didácticos y remodeló otros para beneficio de los pequeños que concurren al Jardín de infantes Ermindo Luna de la ciudad de Villa Dolores.

Por tal motivo, autoridades del Servicio Penitenciario N° 8 concretaron un acto junto a directivos y maestros de la institución para entregar e inaugurar los nuevos juegos y las remodelaciones al parque del establecimiento en compañía de los padres y de los niños.

La gestión forma parte de la política institucional de integración que lleva adelante el Servicio Penitenciario, dependiente del ministerio de Justicia y Derechos Humanos.

Entre lo principales trabajos, enmarcados en los diferentes talleres que se dictan dentro del establecimiento y que se llevan adelante mediante un acuerdo entre dicho ministerio junto a los de Educación y la Agencia de Promoción de Empleo y Formación Profesional, se destacan las reparaciones realizadas a varios juegos y que incluyeron soldaduras, pinturas y modificaciones de asientos en hamacas y sube-bajas. Entre los juegos didácticos entregados al jardín de infantes se destacan los rompecabezas, los Ta Te Tí, aviones y helicópteros para armar, entre otros.

Este tipo de acciones permite, además, alcanzar los objetivos previstos para el desarrollo de las capacidades de los internos en los distintos establecimientos. Además de organizar, también se fomentan las actividades laborales para cubrir un derecho y un deber que tienen los internos y que constituye una de las bases principales del tratamiento penitenciario para la posterior reinserción del interno en la sociedad.

Dentro de los establecimientos penitenciarios se dictan cursos y talleres donde se enseña panadería, herrería, mimbrería, albañilería, carpintería, pastelería, peluquería y costura.

Los internos-alumnos, que además cursan el nivel primario o secundario, reciben al finalizar el ciclo, el certificado correspondientes a la educación formal y otro certificado que avala el oficio realizado permitiendo, de esta manera, abrir puertas laborales que permitan al interno proyectarse y sostener a sus familias una vez que recuperen la libertad.