De la Sota reivindica el rol docente y pide compromiso a los padres

Vaya mi especial reconocimiento para todos los maestros argentinos que día tras día educan a nuestros hijos y nietos labrándoles un mejor porvenir.

Algunos dirán para qué se los reconoce si para esos están? Pero yo creo que en estos tiempos donde pareciera ser que la sociedad civil se ha desentendido de la educación, es cuando más tenemos que reconocer a nuestros maestros en su esfuezo y capacidad de llevar adelante su tarea.

No hay dudas que la sociedad está enferma de violencia, violencia en los hogares, violencia de género, con los niños y en las escuelas. No sólo el bulling que sufren tantos alumnos y alumnas. También hay violencia por la incomprensión de muchos padres que han roto la alianza estratégica que hizo grande a la Argentina; la alianza estratégica que nos hizo poderosos fue la comprensión entre padres y maestros para educar a nuestros hijos.

Hoy parece que muchos padres hacen compinchismo con sus hijos en contra de la autoridad de los docentes; padres que se sienten culposos porque no cumplen con el rol de padres y entonces simulan ser amigos. Y en este marco de padres – amigos, la tolerancia se vuelve permisividad total y la falta de límites lo único que hace es mostrar que en el fondo no es mucho lo que les importa el futuro de sus hijos.

Ser amigos de los hijos es una falsedad, los hijos encuentran sus amistades entre los de su misma generación; los padres debemos ser padres, lo que significa educar y guiar, cumplir con la responsabilidad de educar a sus hijos y no se cumple con la responsabilidad paterna trayendo a los chicos a la puerta de la escuela y derivando la responsabilidad educativa en los docentes.

Los padres no deben dejar de serlo cuando los hijos están en la escuela, al contrario deben apoyar a los docentes y cuidar lo que ocurra con los hijos.

Hoy ya no nos asusta ver como noticia que en una escuela urbano marginal una madre enojada porque una docente puso los límites que ella no pone en casa en vez de apoyarla, le quiebra la nariz de un carterazo. Ya no nos asusta ver que en una escuela de clase media, media alta, cuando un docente pone límite que esos padres de situación económica acomodada tampoco ponen en su hogar, presentan un recurso de amparo alegando que a su nene se lo ha tomado entre ceja y ceja.

En vez de decirle a su hijo que está en la edad de estudiar,, de respetar al docente, de la misma manera que tiene que respetar a los semejantes con quienes convive en este mundo.

Quiero hacer un reconocimiento especial a nuestros maestros; no es fácil serlo en estos tiempos. Es muy difícil serlo. Debo ser el Gobernador que más escuelas construyó en la historia de la Provincia y es mi mayor alegría. Pero tengo en claro que de nada valen las casi 500 escuelas que estamos terminando de construir si dentro de cada aula no hay un persona llena de amor y valores dispuesta a educar los chicos que concurren a la escuela.

No hay nada más importante que la tarea docente. Y cuando hoy algunos dicen que el país está en deuda con nuestros maestros, cosa que es cierto. En Córdoba tratamos de hacer el mayor esfuerzo en la retribución. Sabemos que no alcanza, pero no nos olvidamos nunca del docente. Recuerdo cuando me plantearon el boleto estudiantil gratuito en la Provincia. Les dije que el eje educativo tiene dos partes: el que aprende y el que enseña. Poner un boleto educativo es derribar barreras que impiden el acceso a la educación.

No es un subsidio al transporte, es ponerle alas a la educación y quienes lo hacen son nuestros maestros. Por eso nuestro boleto educativo abarca a todos los docentes, no docentes y estudiantes de la Provincia, porque la educación está allí en la interacción entre el maestro y alumno. Y nos interesa que este beneficio social llegue a todos nuestros docentes. Quiero pedirles a los padres que respaldemos la autoridad de nuestros maestros. El país pide a gritos que vuelva una educación en valores, necesitamos aprender a convivir, con buenos modales; el respeto que merece toda persona humana, más los mayores.

Necesitamos el aprendizaje de la convivencia pacífica; eduquemos en la paz. Niños aspirantes pero nunca violentos; niños con sed de justicia y siempre pacíficos; niños que quieran progresar sobre la base del saber y no sólo del tener; niños que quieran un país donde reine la paz. Necesitamos volver a educar para construir una Argentina de hermanos, donde nos reconozcamos en las cosas que no unen y no en lo que dividen.

Y cuando se juntan lo público y lo privado, las sociedades son imbatibles, porque todos tomamos el buen camino. Y esa unión de la sociedad civil con el Estado nosotros estamos tratando de hacerla realidad todos los días en el noroeste cordobés.

Por último, quiero que entre todos entendamos que el futuro de nuestros hijos empieza en las aulas, que ratifiquemos nuestra vocación de que la educación sea el camino de la solución de los problemas de Argentina; entre todos los padres comprometámonos a apoyar el esfuerzo de los docentes y a respetar la autoridad docente cuando corrigen a nuestros hijos en bien de ellos.

Será el mejor homenaje que le podemos dar a este gran sanjuanino a quien tanto le debemos que es volver a tener la mejor educación de América.

Muchas gracias y feliz día del maestro para todos.