Conocimiento para el desarrollo

Pensar la ciencia, la tecnología y la innovación como factores decisivos en el avance de las sociedades significa entender que el conocimiento debe estar esencialmente orientado al bienestar de la sociedad en su conjunto.

Desde esta perspectiva, contar con conocimientos destinados a mejorar la calidad de vida y las condiciones de las sociedades, especialmente en aquellas regiones más desfavorecidas, emergentes o con unas necesidades que requieren respuestas urgentes, se torna imprescindible.

La complejidad del mundo actual obliga a establecer prioridades (lo que en gestión política definimos como lineamientos estratégicos), desde las cuales se conciben los problemas-oportunidades a abordar y una serie de herramientas y mecanismos encaminados a generar condiciones adecuadas para el avance de la región.

La definición de las áreas prioritarias debe ser resuelta desde un punto de vista estratégico, atendiendo a una distribución adecuada de los recursos disponibles, de acuerdo con las condiciones específicas de la región.

¿Cómo trabajar, entonces, en la definición de los temas prioritarios para la provincia de Córdoba? Con diálogo, participación, solidaridad, complementariedad y con una actitud responsable, ética y moral sensible a las necesidades de nuestro pueblo.

En este contexto, el desarrollo sólo podrá lograrse bajo una retroalimentación permanente de todos los actores que componen el sistema de ciencia y tecnología, junto con la sociedad y con sus grupos específicos o sectores con determinadas necesidades.

Es imperioso establecer y sostener el diálogo y la sinergia entre la masa crítica generadora del conocimiento, los beneficiarios de esos conocimientos y el sector político articulador de espacios de encuentro entre la ciencia y la sociedad. Sólo así es posible acordar las áreas más sensibles y las oportunidades de abordaje, para que los conocimientos contribuyan realmente al desarrollo regional.

En el Ministerio de Ciencia y Tecnología de Córdoba insistimos en la utilización de todas las herramientas disponibles orientadas a promover, entre otras, áreas como nanotecnología, biotecnología, alimentos y energía, metalmecánica, nuevas tecnologías de comunicación, salud, ambiente y agroindustria, definidas a través del consenso con todos los actores involucrados, a partir de la creación de mesas sectoriales de discusión y trabajo.

En ellas se propicia el encuentro entre la academia y el sector socio-productivo, para definir los mecanismos y estrategias adecuadas de implementación del conocimiento puro. Se trata, asimismo, de buscar mecanismos diferentes e innovadores para lograrlo.

El desarrollo de las regiones a partir del conocimiento determina también orientar los esfuerzos hacia su apropiación social. Esto implica la activa participación de la sociedad en los procesos de comprensión, intervención e incluso aplicación del conocimiento científico-tecnológico.

En estos procesos, están involucrados tanto expertos en ciencia y tecnología como comunidades o grupos de interés de la sociedad civil y el Estado. Y en esta construcción orientada al desarrollo de la sociedad en todas sus dimensiones, la cuestión científica, tecnológica y de innovación debe encontrar su espacio en los medios de comunicación, en la educación tanto formal como informal y en el compromiso de la sociedad en su conjunto.

El individuo social debe tener incorporado en su inconsciente colectivo que su propio desarrollo, como integrante de la sociedad, debe estar fundamentado en el conocimiento, en la aplicación, en la apropiación social, en un marco ético y responsable.

En el Día de la Ciencia y la Tecnología vale la ocasión para compartir este, nuestro desafío institucional.