Prevenir antes que remediar: clave para la gestión ambiental

Desde hace algunos años el término desarrollo sostenible ha sido acuñado en los paradigmas de pensamiento de la academia, investigadores, científicos y funcionarios gubernamentales. Pero no hace tanto tiempo que la idea viene formando parte la agenda de prioridades en la ejecución de las políticas públicas. Las principales potencias mundiales discutirán sobre esto en la Cumbre de la Tierra Río+20, que tendrá lugar en Río de Janeiro entre el 20 y el 22 de junio próximo.

Tendrá lugar veinte años después de la primera cumbre histórica de Río de Janeiro en 1992 y diez años después de la de Johannesburgo en 2002.

En Río de Janeiro los representantes de las Naciones Unidas abordarán la temática haciendo foco en tres eslabones: crecimiento económico, mejoramiento de la distribución de los ingresos y cuidado ambiental como herramientas para combatir la pobreza en el mundo.

Daniel Tomasini, coordinador de Ambiente y Desarrollo Sostenible del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) Argentina disertó en el Seminario Taller Manejo de Cuencas para una Vida Saludable, organizado por el Ministerio de Agua, Ambiente y Energía de Córdoba y la Universidad Nacional de Córdoba y adelantó parte de la agenda de temas que el organismo presentará en la próxima Cumbre. Las expectativas acerca del compromiso empresario con el cuidado de los recursos naturales, el impacto social de las acciones individuales en el ambiente global, la importancia de utilizar recursos del erario público para prevenir antes que remediar problemas ambientales forman parte del desafío de la gobernabilidad democrática, a decir de Tomasini.

¿Cuáles son las principales discusiones que se darán en este encuentro global y con qué expectativas se llega después de un tiempo de debate previo?

Los dos ejes de discusión son la economía verde y el marco institucional para el desarrollo sostenible. Aquí tendrá lugar la gestión del agua para prevenir desastres naturales; su distribución entre la población y el buen manejo para la seguridad alimentaria. Agua para la vida, agua para la producción, agua para el desarrollo de poblaciones marginales.

Tenemos mucha expectativa para avanzar en estos temas en el marco de este encuentro global. La discusión previa ha movilizado a gobiernos y a la sociedad civil, y se espera que tras la Cumbre, se den muchas discusiones más.

Se espera que esta vez las empresas muestren mayor compromiso con el cuidado del ambiente, como una veta del compromiso social. Esto genera impacto en la sociedad.

¿Cómo es el panorama global actual?

A nivel global, la hoja de ruta se llama desarrollo sostenible. Esto se traduce en crecimiento económico con justicia social, pensando en que la cuestión ambiental le da sostenibilidad a este mapa. Manejar de manera adecuada los recursos naturales y el ambiente de modo tal que se garantice a la población la posibilidad de tener un estándar de vida adecuado, bajo parámetros de conservación para que los podamos tener siempre.

El problema es que en momentos de crisis tendemos a olvidarnos de la cuestión ambiental, sacrificándola para potenciar sectores productivos, por ejemplo.

La discusión es: crecimiento/ambiente, y la idea es como a través de un modelo de gobernabilidad se busca el equilibrio entre los dos. Lo que se traduciría en los beneficios de doble dividendo: crecimiento económico y protección ambiental.

¿De qué manera el ciudadano apoyaría el modelo?

Los individuos deben poder obtener ganancias particulares. Esta es la tercera pata del desarrollo sostenible: la distribución de los ingresos para una mayor equidad social.

Y en modelos muy concentrados de producción esto no se da; no funciona el mecanismo eficientista económico que estamos aplicando.

Por ejemplo, no basta con que el Estado nacional aliente la producción de granos, si el proceso productivo no involucra a un mayor numero de personas, más cantidad de puestos de empleo local y que se produzca mayor distribución de las ganancias.

¿Cuáles son las oportunidades económicas que trae aparejado el buen manejo de las cuencas hidrográficas?

En el uso del ambiente como tantas otras actividades humanas se puede establecer una relación de causa/efecto, costo/beneficio. Por ejemplo, si los productores de la cuenca alta no cuidan sus recursos naturales, todos los habitantes que residen aguas abajo van a sufrir el impacto.

Debido a ello el Estado tiene que gastar recursos económicos para remediar la zona a causa del mal manejo que el resto hace del territorio. En cambio, cuando la actividad es conservacionista y los gobiernos intervienen antes, este impacto económico desaparece.

Aquí el trabajo conciente de los gobiernos locales es fundamental. Los decisores políticos saben que tienen que gestionar con escasos recursos, y la experiencia nos dice que cuando el daño está hecho los recursos siempre son escasos y la respuesta política se torna incompleta. El mecanismo debería consistir en usar la menor cantidad de recursos en prevenir daños ambientales para tenerlos disponible en la tarea de previsión y la planificación de los recursos de la cuenca, y así poder evitar problemas ambientales.

Por caso, es mucho más barato establecer un programa de forestación en la alta cuenca y desarrollar programas de manejo sostenible de los bosques nativos que dragar y restaurar diques a causa de procesos de eutrofización.

Este sería el gran reto de la gobernabilidad democrática…

Si, reside en la participación ciudadana, en la gestión de los gobiernos municipales, en las relaciones que se establecen entre municipios y provincia, y entre provincias y el estado nacional. Y también se sustenta en valorar lo que el ciudadano vive y conoce de cada lugar.