“Sacar la voz afuera y hacer que se te mueva tu ser”

Analía, Patricia, Karen, Luana, Soledad; y la lista se hacía larga para nombrar a todas las mujeres que esperaban sentadas en uno de los patios del módulo donde se alojan. A la mañana, disfrutaron cuarteto interpretado por otras internas; y a la tarde, escucharon folklore interpretado por Furel Suárez y su madre Laura Bertora.

La cantante, antes de cantar “Gracias a la vida” de Violeta Parra, explicó al público quién fue Violeta y la reconoció como una mujer referente de la música chilena. Eligió ese tema como homenaje a todas las mujeres que luchan por sus derechos. “No nos olvidemos que las mujeres debemos seguir luchando”, les dijo Laura a las internas que la seguían con sus pies o tarareaban las canciones.

Los ritmos y sonidos se iban colando en cada uno de los que participaban del concierto. Los rostros reflejaban cierta distensión a medida que los tonos y melodías iban copando el patio transformado en sala.

Los cantantes con solvencia y calidez compartieron temas de Violeta Parra y Zitarrosa, y en el medio del repertorio tocaron una zamba que invitó a dos mujeres a bailar “Zamba de mi Madre” del Chango Rodriguez. Con destreza y elegancia seguían el ritmo que imponía la copla, movían sus pañuelos y se agarraban con delicadeza los pantalones como si fueran polleras. Una de ellas se llama Patricia, tiene 50 años y 7 hijos; para ella su sueño mayor es salir y «poder volver a la cárcel para seguir bailando con las chicas que todavía estarán aquí», dice, despidiéndose de la pista de baile.

Acompañaron la tarde de música, el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Martín Farfán; las secretarias de Justicia, Laura Echenique y de Violencia contra la Mujer y Trata de Personas, Claudia Martinez; autoridades y empleados del Servicio Penitenciario.