«Juguemos entre todes», un partido ganado a la discriminación

Un deporte donde no gana el equipo que más goles hace; donde no hay árbitros, ni tarjetas amarillas, ni expulsiones; donde quienes juegan ponen sus reglas y eligen, ante todo, premiar el juego limpio, el compañerismo, la solidaridad. Eso, se llama “deporte valorado” y fue el juego que más se jugó este sábado en las canchas auxiliares del Estadio Mario A. Kempes, donde se desarrolló el encuentro “Juguemos entre todes”; una actividad organizada por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos y la Agencia Córdoba Deportes, en el marco de la Comisión Interministerial de Derechos Humanos, Géneros y Diversidad Sexual en la que participan diferentes reparticiones del Estado provincial.

Fue una jornada deportiva para distenderse y encontrarse, de la que participaron integrantes de organizaciones de lesbianas, gays, bisexuales, travestis, intersex, queers (LGBTIQ), integrantes de equipos de fútbol femenino, mixtos, diversos y de deportes llamados disidentes.

“Queremos mostrar con una práctica concreta que esas diferencias que son decisivas en algunos ámbitos, acá no existen: vení a jugar y ubicate donde mejor te sientas o donde quieras estar, nadie te discrimina, no hay cubículo, el lugar lo haces vos”, dijo Alejandro Escudero, subdirector de Derechos Humanos de las Minorías y Lucha Contra la Discriminación, responsable de la organización del evento que comenzó a impulsarse desde mayo para promover el deporte con la perspectiva de la diversidad y el respeto a los derechos.

La nadadora olímpica Georgina Bardach, representante de la Agencia Córdoba Deportes, señaló que “el deporte es una de las actividades más inclusivas que tiene la sociedad y, sin embargo, las minorías quedan excluidas”. Además estuvieron presentes Daniel Fernández, de la Agencia Córdoba Cultura; Carolina D’ambrosio, directora de Capacitación de la Secretaría General de la Gobernación, Luis Muñoz, de la Agencia Córdoba Joven y Analia Kudola, del Ministerio de Salud.

Las experiencias y las demandas de cada colectivo fueron expuestas en el conversatorio que se realizó al mediodía, con eje en derechos, género, diversidad y deportes. “A nosotras –dijo Maria Alejandra Navarro, integrante de ‘Travas Peronistas’, oriunda de Villa María– el deporte siempre nos interpeló de manera negativa, fue símbolo de burla, exclusión, de no derechos”. Pero en el encuentro, todo fue distinto.

Ni la llovizna que al mediodía comenzó a mojar el césped de las cinco canchas de fútbol y puso resbaladizo el mosaico de la de voley, detuvo a los deportistas que llegaron desde distintos lugares de la provincia. La consigna fue no ir por equipo, sino encontrarse con nuevos compañeros o compañeras para armar cuadros y jugar al fútbol o vóley, o para practicar alguna actividad aeróbica como zumba.“Esto nos empodera, abre puertas, es parte de un ejercicio de ciudadanía. Ahora nosotres venimos a interpelar al deporte de manera positiva”, dijo Alejandra.

El “deporte valorado” fue todo un acto político. En ese gesto simple de patear una pelota y cambiar las reglas del fútbol, un deporte cuyo universo fue exclusivo de los hombres, ya hay una rebeldía. Cuando Laura Consolini se ponía a jugar al fútbol en lugares donde había hombres, pasaba algo: “se armaban grupos, me rodeaban y se paraban a mirar, a hacer comentarios, muchas veces despectivos”, cuenta. Ahora integra  una organización de mujeres que juegan al fútbol llamada “Abriendo la cancha”. “La primera dificultad que tenemos es siempre el patriarcado, y eso es cultural. Existe la idea de que el fútbol es solo para hombres, pero ahora, por ejemplo, en las ligas se está discutiendo la posibilidad de que el fútbol femenino deje de ser obligatorio para los clubes, y eso también es una dificultad”, explica.

Ignacio Gutiérrez es jugador del equipo Fuma Espuma, el primer equipo de fútbol diverso de Córdoba que se puso como objetivo participar de torneos a nivel nacional. “Este encuentro me encanta, nos abre la cabeza, vemos otras realidades y trabajamos en la posibilidad de poder traer a Córdoba torneos nacionales, que sean diversos”, dice.

Tanto para Laura como para Ignacio, el encuentro significa otro desafío: visibilizar a la población LGTBiQ+. “EL fútbol no es solo heteronormado, masculino o femenino”, añaden.