Jean Carlos visitó a los adolescentes del Complejo Esperanza

“Quería conocerlos”, respondió Jean Carlos a la pregunta de los chicos por el motivo de su visita al Centro Socioeducativo «Nuevo Sol» (Fases II y III) del Complejo Esperanza, dependiente la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf) del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.

En “Nuevo Sol” conviven alrededor de 120 adolescentes, que están cumpliendo medidas socieducativas en contextos de encierro para su re inserción social.

El artista recorrió, sin ninguna prisa, todos los sectores del Centro Socioeducativo para jóvenes en conflicto con la ley penal, compartiendo anécdotas, respondiendo preguntas, cantando y firmando autógrafos, pero sobre todo, para entablar diálogo con ellos, escucharlos y poder alentarlos y confirmarles que sí pueden salir adelante.

“Escriban estando acá lo que quieren hacer allá; voy a salir pero cuando salga voy a hacer esto. Yo era un desordenado hasta que aprendí a escribir”, les aconsejó a cada grupo de jóvenes antes de despedirse. “Entonces cuando estén afuera, y puedan irse de su camino, miren el papel y recuerden: esto es lo que quiero yo”, les dijo.

Contando pedazos de su vida personal y familiar fue tirando ideas que quiso dejar en la cabeza de los jóvenes. “A veces pensamos que estar presos es estar entre paredes, pero en realidad estás preso de vos mismo”, expresó Jean Carlos en un momento en el Sector 5 con los chicos a su alrededor y siguiéndolo con atención.

“Yo fui el séptimo de trece hermanos, mis padres tuvieron que ir a trabajar a la ciudad, vivía en lo que aquí llaman villas”, comentó el cantante. “Fue muy difícil, todo lo hice con esfuerzo, pero tenía una ventaja desde pequeño: la fe. Elegí y decidí mi destino, lo que ustedes también pueden hacer”, dijo a los adolescentes.

Cuando el artista completó su visita en “Nuevo Sol”, tras entrar a cada puerta en la que hubiera jóvenes, ya sea en talleres o en las salas de cada sector, fue a encontrarse con otro grupo de chicos que lo esperaban en otro instituto del Complejo.

Una tarde, con un toque distinto en las actividades de los chicos, una visita sorpresiva que les movió la rutina de la siesta, y permitió hablar a algunos de sus sueños: “yo quiero ser boxeador”, “yo cantante”, “yo periodista de turismo social”.