Fútbol en Bouwer: un espacio de libertad

Se habían jugado apenas cinco minutos del partido cuando Jonathan Martínez tiró un pelotazo que quiso ser centro, pero el viento -que siempre sopla fuerte en Bouwer- lo torció hacia el arco y terminó entrando suavecita entre el travesaño y las manos del arquero “Valiente”, que se estiró como chicle pero no llegó. “Voy a tener que orar más -decía Valiente mientras iba a buscarla adentro-. Ni un milagro de Dios hacía que llegue a esa pelota”.

Valiente, en realidad, se llama Sergio Agüero, es pastor evangélico y le tocó estar al arco en el primero de los cinco goles que el Equipo del Pabellón A (camiseta gris) le metió a “Los Atenuados” (rojo y amarillo), en la final del torneo de Fútbol organizado por el Servicio Penitenciario de Córdoba que juegan los internos del Módulo MD2, del Penal de Bouwer.

Al costado de la cancha, protegidos de los pelotazos por un alambrado perimetral, un equipo de radio “Nuestro Día” (FM 102.7) transmitió el partido en vivo y por alto parlantes para todo el Módulo. “Creo que hubo un poco de fortuna en esa jugada, pero Martínez le pega bien”, decía el comentarista. Detrás del arco de Valiente, una tribuna de unos 30 internos pensaba distinto: “¡Que le va a pegar bien! fue un zapallazo…!”, gritaban y hacían bromas sobre la parábola de la pelota y los brazos cortos del arquero.

Con el desarrollo del partido los del A1 demostraron que tenían algo más que fortuna: ganaron 5 a 0. En esa cancha polvorienta y árida, corrieron más ordenados y terminaron cerrando la final en una goleada. La diferencia física se hizo notar; Los Atenuados tienen un promedio de edad mayor. Lo hizo saber Gustavo Córdoba, alías “Sanchuche”, defensor de 47 años que pidió el cambio a los 15 minutos y quedó sentado en el banco, ahogado y bufando como un toro viejo. “Estos pibes corren más”, decía.

Más allá de los resultados, el partido fue “un momento de libertad”, como describió Leonardo, defensor de Los Atenuados. “Lo importante es salir a la cancha y pasar un buen rato ¿Para qué nos vamos a pelear acá si esto para todos nosotros es un rato de libertad”, dijo, hablando como un futbolista profesional. Leo lleva 16 años en prisión. Cuando cayó preso le faltaban dos materias para recibirse de psicólogo. “Estas cosas son importantes para nuestra contención: los deportes, el ajedrez, las actividades educativas”, destacó.

El partido fue la coronación de un torneo que comenzó hace tres meses y del que participaron 18 equipos en rondas eliminatorias. “Esto para nosotros es magnífico. Nos despeja y nos hace bien”, contó Marcos Rivera, arquero del equipo ganador.

Con el pitido final, el equipo periodístico de la radio eligió las figuras del partido, algunos dieron notas y mandaron saludos a sus familias.