Los jóvenes artistas que participan en el programa Nuestras Manos, de la Secretarìa de Niñez, Adolescencia y Familia, no dejan de sorprenderse desde que empezaron con el armado del stand en la 35º Feria Internacional de Artesanías hasta la tarde del Jueves Santo que les entregaron una mención especial.
Es que cada uno de los 45 chicos que integran esta muestra con alguna pieza, empiezan a transitar otra experiencia, donde se ubican no sólo como artistas, sino como maestros de sus propias obras. La gente se acerca, les pregunta cómo lo hicieron, qué tiempo les demandó realizarla.
Clarisa Verdú, la directora del programa cuenta que los pibes pasan por distintas etapas a la hora de enfrentarse con el público que valora sus objetos. «Primero se sorprenden, luego se los quieren regalar y por último se dan cuenta que sus obras tienen valor». Ese es el momento, en donde los autores advierten el valor de lo creado, dice Verdú y agrega que: «para ellos tiene un significado invalorable la participación en este tipo de espacios, primero, son visibilizados y luego valorados».
Los talleristas reconocen que «con sus manos pueden crear, compartir y encontrar una salida laboral», dice Verdú, luego de acompañar a los chicos en esta experiencia artística y laboral.
El premio que consiste en un Diploma de Honor por la reinserción sociocultural de la niñez, es un reconocimiento al programa que está integrado por talleres de carpintería, herrería, pintura, cerámica, vitreau, escultura y arte textil. Los adolescentes que participan tienen entre 14 y 21 años y llegan desde distintos lugares: Complejo Esperanza, Escuela Lelikelén y el CeSAM ( Centro Socioeducativo de adolescentes mujeres).