«Debe haber equilibrio entre el capital y el trabajo»

En un costado de la Plaza de la Intendencia, frente al edificio de Tribunales I, se erige un monolito de hierro con una gran corbata en el centro. Es el monumento que recuerda al grupo de abogados laboralistas secuestrados y asesinados en Mar del Plata, en julio de 1977, en el operativo que quedó en la memoria como “La noche de las corbatas”.

Hasta ese lugar llegaron este jueves los ministros Luis Angulo, de Justicia y Derechos Humanos, y su par de Trabajo, Omar Sereno, acompañados por referentes del mundo del derecho, para homenajear, con una ofrenda floral, a los abogados laboralistas en su día, que se celebra el 7 de julio.

“Vinimos hasta acá para rescatar del olvido las figuras de estos abogados que defendían la causa de los trabajadores y de los sindicatos”, dijo Angulo. El monumento fue construido el año pasado por iniciativa del ministerio que él mismo conduce.

“En sus figuras -agregó el mandatario- queremos fortalecer la actividad del abogado laboral, porque lleva al necesario equilibrio que debe existir, y que muchas veces no se da, entre el capital y el trabajo, el equilibrio en las relaciones de producción”.

En 1977, entre la noche del 6 de julio y la madrugada del 8, un grupo de tareas secuestró en diferentes operativos a Salvador Manuel Arestín, Raúl Hugo Aláiz, Camilo Ricci, Carlos Bozzi y Tomás Fresneda (padre del actual legislador provincial Martín Fresneda y de su hermano Ramiro). En el grupo también estaba Norberto Centeno, autor intelectual de Ley de Contrato de Trabajo, sancionada en 1974 y que aún sigue vigente.

Desde hoy, a 41 años de aquella redada, el salón de usos múltiples del Ministerio de Trabajo de Córdoba llevará el nombre de Norberto Centeno. Para cortar la cinta, la comitiva se trasladó desde la Plaza de la Intendencia hasta el edificio de Trabajo, en el centro de la ciudad.

Para Ángulo, Centeno “representa la lucha emblemática por la justicia social y al defensa del trabajo”. Señaló que el actual, es “un momento muy especial donde hay pobres, humildes, pero también trabajadores que sufren las consecuencias de una situación social y económica muy difícil”.

Omar Sereno, titular de la cartera de Trabajo, dijo sentir orgullo porque el salón lleve el nombre de Centeno e hizo énfasis en la necesidad de “reforzar el compromiso actual con los trabajadores, para lograr una mejor democracia”.

Del homenaje también participaron César Arese, en representación de la Asociación del Derecho del Trabajo y la Seguridad Social de Córdoba, Federico Cortelleti, titular del gremio de los judiciales.

Una noche larga

En el operativo de aquella noche de 1977, también fue raptada la esposa de Fresneda, Mercedes Argañaraz, embarazada de cuatro meses y laboralista como su marido. La lista de secuestrados en ese primer raid se completó con Néstor Enrique García Mantica, su esposa María Esther Vázquez de García, y José Verde. A ellos se agregarían José Candeloro y su esposa Martha García, secuestrados en Neuquén y llevados a «La Feliz».

Todos fueron llevados al viejo radar de la Base Aérea ubicado a las afueras de Mar del Plata, donde funcionaba un centro clandestino llamado «La Cueva». Allí fueron interrogados bajo apremios y tormentos. Sólo sobrevivieron Ricci y Bozzi, Martha García -esposa de Candeloro-, Julio Verde y su esposa. Centeno murió en la mesa de torturas y su cuerpo fue arrojado en un camino vecinal. Los demás permanecen desaparecidos.

Según el libro “La Noche de las corbatas” de Pablo Waisberg y Felipe Celesia, fue uno de sus verdugos quién bautizó con ese nombre el operativo. Mientras caminaba entre los detenidos, intimidarlos con gritos, decía: “¿Qué es esto? Esta es la Noche de las Corbatas, pero resulta que ahora los que administramos justicia somos nosotros”.