Salas Cuna: 50 espacios donde cuidamos el futuro

Desde la primera a la última, el escenario sobre el que cada Sala Cuna abrió sus puertas regala postales tan vivas como la alegría de cada niño que corretea, entre risas y algún que otro llanto, sobre la vereda del lugar donde descubrirá un sinfín de rincones y de historias.

Encontrarlas es fácil: el cartel azul sobre el ingreso anticipa que no se trata de una casa más. Se trata, en cambio, de un espacio compartido, un encuentro de pequeños y traviesos pasos que se apropiarán de una Sala que, desde ese mismo momento, les pertenece.


Son más de 300 adultos que trabajan por y para ellos, garantizando su cuidado, su estimulación y su correcta alimentación. Personas que ayudan a transformar aquellas paredes con olor a pintura fresca en un mundo de juegos y fantasías.

Adentro, ambientando cada espacio y cada lugar, un manojo de juguetes y de muebles en miniatura regala destellos de un micro-universo en el que todo es posible. Y es que el lugar fue especialmente refaccionado para que cada niño encuentre allí un espacio de creatividad y alegría, ayudando a la imaginación con paredes en las que se dibujan las más variadas historias.

Afuera, esperando el corte de cinta, los vecinos del lugar acompañan la alegría de contar con una Sala Cuna, es decir, con un ámbito en el que los niños y su futuro, son la prioridad.

Ellas, con delantales nuevos y una mirada que rebalsa de expectativas, cuidan cada detalle para hacer de esa inauguración, un día histórico. Y lo es. Se prepararon, participaron de capacitaciones y de cursos específicos con la única finalidad de estar a la altura de las circunstancias.

Papás y mamás acompañando, entre pañales, chupetes y mamaderas, la llegada de una política que, lejos de pasar inadvertida, permite aquello más trascendental que se le pueda atribuir: la capacidad de cambiarle la vida a la gente.

Y es que implicará, para cada mamá y cada papá, la posibilidad de poder trabajar o estudiar mientras sus niños son cuidados en la Sala Cuna, contribuyendo a la superación personal y al desarrollo familiar.

Así, las Salas Cuna nacieron para ayudar a crecer, para acompañar a dar los primeros pasos dando también los suyos, para reivindicar la función de un Estado que se hace presente en los barrios, allí donde cada necesidad se traduce en un rostro.

Son 50, son espacios donde cuidamos el futuro. Son las Salas Cuna y son las primeras. Porque se vienen más.