El Santo que creció en Villa Santa Rosa de Río Primero

cura brochero placaEl Cura Brochero fue hijo de Ignacio Brochero y Petrona Dávila, un matrimonio de campesinos de un pasar modesto, que se dedicaban a cuidar ganado para extráeles el cuero y venderlo a Buenos Aires.

José Grabriel del Rosario nació el 16 de marzo de 1840, en Carreta Quemada, un paraje a 7 kilómetros de Villa Santa Rosa de Río Primero. Tuvo ocho hermanas mujeres y un hermano varón. De su niñez se conoce poco aunque sí hechos que cobran mayor importancia después de su muerte.

Cursó la primaria en Villa Santa Rosa; enfermó de viruela y eso dejó marcas en su rostro. Como niño que creció en las proximidades del Río Primero –hoy Río Suquía- cuentan que una tarde jugaba con amigos en las orillas cuando de pronto la crecida los sorprende; uno de los niños cae en su cauce y José Gabriel, sin saber cómo ayudar a su amigo, solo se arrodilla, extiende los brazos al cielo y pide a Dios por ayuda. De pronto es un gaucho quien aparece de la nada y se arroja valerosamente al río para salvar al pequeño de las aguas. Desde entonces, para los lugareños aquel episodio sería la primera señal de santidad del Cura, aunque no eclesiásticamente reconocida.

Cierta vez le dijo a su mamá “Madre, yo quiero ser como el Señor Cura”, refiriéndose con devoción al párroco del pueblo Adolfo José Villafañe que sembraba en él la luz del Evangelio. Así, decide ingresar con 16 años al Seminario Mayor de Nuestra Señora de Loreto, en la ciudad de Córdoba, donde 10 años después se ordena como sacerdote.

Su apostolado lo ejerce por mayor tiempo en la zona de Traslasierra aunque nunca dejó de estar presente o regresar a su Santa Rosa de Río Primero. Motivos no le faltaban: dar el sacramento a los amigos, trabajar por la región, ofrecer los ejercicios espirituales, o conseguir una ayuda económica de la Provincia para terminar el Colegio de las Hermanas Domínicas de San José; beneficio que consiguió y que le permitió estar en su inauguración en 1895 para bendecir sus aulas.

La casa de la infancia

La vivienda que constaba de una sala, tres dormitorios, comedor, cocina y un gran patio habría sido la distribución original de la casa paterna de Brochero, en la que vivió desde niño hasta cumplir sus 16 años. De esa edificación hoy solo se conservan tres ambientes y el sector del patio que cuenta con el aljibe de entonces, una higuera y una morera de dos centenares atrás. Ellas, quizás, deben guardar en secreto travesuras de niños, algunas de las tantas risas que debieron brotar entre 10 hermanos jugando alrededor de ellas, y algún que otro llamado de atención…

La Casa Natal de Brochero se declaró monumento nacional en 1976, luego de que fuera adquirido a particulares por el Instituto Brocheriano. Desde entonces ha pasado por diferentes etapas de recuperación y la más importante ha sido la realizada en los últimos meses en el marco del plan de obras que el Gobierno de Córdoba lleva adelante en acompañamiento a la santificación de José Gabriel Brochero.

En esta última ocasión se procedió a un especial trabajo en las paredes, que se encontraban más afectadas por la humedad. Posterior a esta restauración se puede observar dos espacios con la construcción original de adobe de los muros, mientras que el resto se ha revestido con revoque y pintura. Los pisos son originales a igual que algunos de los tirantes de los techos.

La línea museológica de la Casa Natal es especialmente de imágenes de Brochero, las que retratan su vida sacerdotal en diferentes etapas. De joven solo se conoce su retrato de seminarista y no hay antecedentes de otras imágenes de pequeño; por esta razón, el artista Federico Rubenacker, y la perito historiadora, Liliana Denaro, trabajaron sobre un óleo con la imagen que sería la del niño Brochero y que próximamente se expondrá en Villa Santa Rosa de Río Primero.

Entre los pocos objetos personales que posee el Museo, se aprecia un oratorio que el Cura uso en Villa del Tránsito, uno de sus ornamentos para celebrar misas, una imagen de la virgen de la Merced -de quien Brochero era devoto-, la imagen de San Antonio de Padua; y hasta una máquina de escribir. En cuanto a las fotografías o retratos, éstas expresan momentos que delinean la vida de este hombre de Dios: la caminata que realiza con su lazarillo Victorino Palacios; su presencia junto a una pareja de recién casados; posando junto a políticos y gobernantes de la época; su trabajo en caminos; las mortajas que cubren sus restos; y otras tantas que dibujan su rostro.

Los rincones de Brochero

La ciudad de Santa Rosa de Río Primero tiene otros lugares donde también se honra la vida de Brochero.

El mismo margen del Río Suquía tiene el Balneario Del Milagro como parte de la propuesta del circuito religioso. Una réplica de la capilla donde el Cura Brochero fue bautizado al día siguiente de nacer: de padres cristianos y muy de votos, no esperaron a que recibiera la gracia de Dios y el 17 de marzo de 1840 lo bautizaron nombrando como padrinos a Josefa Dávila y Manuel Antonio Ceballos.

La pila bautismal con la que Brochero recibió el santo sacramento se conserva en la Iglesia de Santa Rosa de Lima, frente a la plaza principal de la ciudad. Allí también se puede apreciar una reliquia del Santo Brochero, es de primera categoría, es decir una pequeña porción del hueso de su pierna.

La crueldad de la lepra obliga al Cura Brochero a escapar de los fríos de Traslasierra y en 1907 regresa a Santa Rosa de Río de Primero, a la casa de su infancia, a vivir con sus dos de sus hermanas. Pero cada vez precisaba de más cuidados y atención y es su hermana Aurora quien le ofrece toda esa dedicación aunque en Villa del Tránsito: así es como parte de su querida Santa Rosa donde alguna vez el Cura Brochero pensó que ese sería el lugar donde iba a pasasr sus últimos días. En 1912 su testamento ya rezaba:

…”Que mis albaceas me hagan hacer con algún carpintero de esta Villa un cajón sencillo, para que algo gane con esa obra, y colocando en él mi cadáver sea enterrado en el suelo en cualquier punto de la calle principal del cementerio local”.

El Padre Brochero finalmente murió el 26 de enero de 1914 en Villa del Tránsito.