Archivo Histórico de la Provincia: el guardián del papel

Muchos registros de la historia quedan en papel. Pero el papel necesita quien lo cuide, quien lo sepa tratar, a través del paso de los años, de los siglos.
Desde 1941, el Archivo Histórico de la Provincia de Córdoba se ha convertido en un custodio de papeles que describen de la vida pública y privada de los habitantes de Córdoba, desde el Siglo XVI.
Como un guardián sin época, observa el paso del tiempo sobre folios y encuadernaciones que hablan de otros tiempos, de otros cordobeses.
Y se preocupa. Y se ocupa.

Los papeles

La historia cuenta que el conquistador sevillano, Jerónimo Luis de Cabrera y Toledo, perdió su vida por desobedecer órdenes virreinales luego de fundar la “Córdoba de la Nueva Andalucía” en 1573. Aquella desobediencia, abrió las puertas a la organización política y religiosa de la nueva aldea.

Así, todas las acciones de gobierno y del orden privado de sus habitantes comenzaron, paulatinamente, a quedar registradas en documentos; muchos de ellos hoy se conservan en el Archivo Histórico de la Provincia de Córdoba.

Cada conjunto de documentos producidos por una persona, natural o jurídica, en desarrollo de sus funciones o actividades, se denomina “fondo documental”, y puede presentarse en diferentes soportes o formatos. El Archivo Histórico está conformado por 24 mil unidades documentales provenientes de reparticiones y dependencias del Estado provincial, además de documentos adquiridos, o donados, por su valor histórico para la Provincia.

Los documentos más antiguos del Archivo pertenecen al ámbito de la Justicia y se encuentran en los fondos de Escribanías, registros que detallan causas civiles y criminales, desde el primer expediente que se inició en 1574 hasta 1882. Su nombre se debe a que en un principio los Alcaldes de Primer Voto eran quienes ejercían como Primer Tribunal de Justicia y los Escribanos oficiaban de secretarios, de allí su nombre.

Al revisar estos documentos, se observa la nitidez que aún conservan sus tintas con base ferrosa que incluso “calan” muchas veces el papel con las líneas de su trazo. La escritura jurídica conserva generalmente el vocablo que hoy identificaríamos en un expediente judicial. Y las rubricas de los Escribanos tenían la particularidad de repetir el mismo “dibujo” al certificar con su nombre las actas, cual sello que garantiza autenticidad de original.

Rubrica de Escribanos con "dibujos" caracteríticos
Rubrica de Escribanos con «dibujos» que personalizaban sus firmas

Los asuntos entre particulares tales como contratos comerciales o las primeras escrituras fueron registrados por escribanos desde  1574. Esta serie documental se identifica como Protocolos Notariales, abarca 115 registro de toda la provincia y llega hasta 1925.

Se puede observar también el “Registros de Almas Bautizadas” en los libros de Curatos de Córdoba de 1605, donde constan el nombre cristiano que se le asignó a cada aborigen que recibió  el sagrado sacramento.

Mientras los años transcurrían, la Córdoba de la Nueva Andalucía y, más tarde, la Córdoba del Tucumán, siguió el paso que imponía la conquista española hasta que llegó la Independencia del territorio. Luego llegaron las normas de la Asamblea Constituyente del año 1853 y la Provincia siguió registrando fielmente los actos de sus gobernantes.

Así, la historia política, institucional y administrativa de la provincia, desde el Siglo XVII, se encuentran en el fondo documental  Gobierno,  que a medida que el régimen se fue complejizando, estas series documentales se amplían y se hacen específicas.

Podremos encontrar, entonces, fondos pertenecientes Censos poblacionales, Hacienda y sus registros económicos datados entre 1759 y 1915; las causas criminales de los Juzgados de Crimen de la ciudades de Córdoba y Río Cuarto entre 1664 y 1940; las Resoluciones de Gobierno, desde  1829 a 1902, referidas a distinta índole en materia de gobierno y hacienda; o la nómina de pacientes y fichas del Hospital San Roque, que atendía a personas sin recursos,  inscriptos entre 1584 y 1902.

En materia de Justicia, se conservan otras series que completan mejor esta rama. Por ejemplo, la referida a los Juzgados Civil de Córdoba Capital, -1ra. a  7ma. Nominación-,  y Civil de Río Cuarto, -1ra. y  2da. Nominación-, perteneciente a los años 1870-1940; la de los Juzgados Civiles y Comerciales de Capital e Interior entre  1825 y 1923; Juzgados de Paz de 1868 a 1925; y Autos y Resoluciones de Juzgados Civiles, Comerciales, de Crimen y Paz registrados entre el período 1872-1924.

Una de las tantas perlitas que tiene el Archivo está relacionada el Cura Bruchero. Hace poco se supo que el Cura daba misas en la ex Penitenciaria San Martín. Eso consta en un libro de Actas del Ministerio de Gobierno y Justicia e Instrucción Pública, donde se refleja un pedido de los penados de la Penitenciaria que, agradecidos de haber recibido ejercicios espirituales por parte del  canónigo Brochero, pidieron al entonces ministro Nicolás Berrotarán “haga dar una ley que mande a dar los ejercicios espirituales, todos los años, a los que tengan la desgracia como nosotros, de entrar en esta Penitenciaría”.  Así reza parte del texto fechado el 18 Noviembre 1899.

El texto demuestra que Brochero celebró misas en la Capilla de la ex-Penitenciaría San Martín.

Las donaciones

Existen también colecciones, generalmente de poco volumen, que ingresan al acervo del Archivo a través de donaciones. Estas donaciones se aceptan cuando “cuentan algo” de Córdoba, cuando imprimen valor al patrimonio de la Provincia.

Un caso es la ex “Casa Cuna”, actual Hospital Pediátrico del Niño Jesús, que comenzó por las acciones de beneficencia de la Sociedad de Damas de la Divina Providencia, quienes a fines del Siglo XIX procuraban dar cobijo a niños en orfandad para su posterior adopción. El Archivo cuenta con algunos libros de actas de esa sociedad, legajos y libros de ingresos y egresos de los huérfanos a la institución desde 1883. Ese fondo llega hasta 1980 aproximadamente y, por supuesto, no es de acceso al público en general.

Similar es el caso del “Asilo de Mendigos” (1860): surge del accionar de una Sociedad de Beneficencia que desde 1957 se transforma en el actual Hospital Neurosiquiátrico. De esta institución hay registros de historias clínicas de los pacientes que transitaron por ella, libros de actas, fichas sociales y oficios judiciales.

También se encuentran colecciones de particulares, pertenecientes a personalidades de la sociedad cordobesa, como el jurista Moyano Gacitúa; registros del Coronel Ángel Agustín Olmedo y su paso por la Guerra del Paraguay; del diputado y Gobernador provisional Mardoqueo Molina; del Gobernador Lucini, entre otros.

Las fotografías

Ese fondo documental se compone de dos partes. La de mayor volumen corresponde al registro oficial de Prensa de Gobierno (1940-1980), casi todos conservados en negativo. La otra, de mucho interés patrimonial, reúne donaciones de fotografías familiares, de profesionales, en su mayoría de temática costumbrista, urbanística, de paisajes, o retratos, desde fines de Siglo XIX al Siglo XX. Así será posible visualizar los trabajos de construcción del Camino a las Altas Cumbres en 1964 o asomarnos a las grafías del jesuita Padre Grenon.

Estas piezas fotografías se conservan sobre diversos soportes como papel, plástico y vidrio; otras fueron destinadas a procesos de conservación a través de limpieza, guardado o digitalización. Periódicamente, el personal del Archivo comparte con sus conocimientos en conservación a través de talleres destinados a fotógrafos profesionales.

Esta sección del Archivo se encuentra abierta a recibir donaciones que representen valores culturales, históricos y estéticos relacionados con el patrimonio local y nacional. También los soportes, formatos, calidad técnica y estado de conservación de los documentos serán tenidos en cuenta a la hora de incorporar nuevos fondos y colecciones al Archivo Fotográfico.

Los depósitos

El Guardián de estos papeles supo de dos refugios. Desde su origen la institución se ubicó sobre calle 27 de abril, pero en la primera década de este siglo ya se había transformado en un edificio “viejo, arruinado y enfermo”, como lo calificó un matutino cordobés. Pero el Guardián siguió de pie y no claudicó ante su responsabilidad.

Durante cinco años se preparó el embalaje de los ejemplares para completar, en octubre de 2014, la mudanza al nuevo edificio, el que fuera pensado especialmente como parte del Centro Cultural Córdoba, en Avenida Poeta Lugones 401.

Antes que el Guardián trasladara su escolta, se ejecutó un plan de conservación sobre miles y miles de  folios históricos -siglos XVI al XIX- que se intervinieron para su rehabilitación, encuadernación o limpieza, previo a ser colocados en los cestos de mudanza.

Una vez que llegaron a la nueva residencia, la documentación se ubicó en seis depósitos equipados con estanterías móviles, acondicionados con luz fría y bajo condiciones de temperatura y humedad controladas por termohigrómetros y deshumificadores. Cada pieza documental se colocó cuidadosamente de forma horizontal para evitar su deterioro por el peso.

De esta forma, ya no es una preocupación la ubicación de las cañerías: todas están alejadas de las paredes de los depósitos, precisamente para no correr los riesgos; riesgos que el Archivo conoció en otras épocas. También los espacios han sido pensados y distribuidos para un mejor manejo del fuego ante alguna eventualidad.

Depósitos de almacenamiento.
Depósitos de almacenamiento.

Más guardianes

Podemos imaginarnos al Archivo Histórico de la Provincia de Córdoba como un guardián de los papeles que contiene. Pero lo cierto es que distintos profesionales hacen, día a día, un trabajo lento y meticuloso para “cuidar”, del paso del tiempo, los distintos fondos documentales que hablan de la historia cordobesa. Desde hace unos pocos años, su plantel profesional se incrementó y especializó incorporando entendidos en archivología, fotografía, paleografía y restauración.

La tarea de conservación que realiza el Archivo es destacada. Antes de intervenir un documento se realiza una ficha técnica donde se hace un examen organoléptico, visual, de todos los daños que se pueden encontrar. A partir de allí, se puede establecer  un diagnóstico,  medidas preventivas y las reparaciones necesarias.

Sobre  el papel, pueden emplearse procesos de aplanado manual, mecánico; con calor y humectación, aplicando una espátula térmica, se logran alisar las arrugas; para conocer el Ph del papel y evitar su deterioro se emplean tiras reactivas o un aparato que marcará el grado de acidez para buscar la estabilización de la pieza con procesos de desacidificación, o uso de papel  neutro de grado médico. El agua destilada, el alcohol con isopropanol y las reparaciones con papel tissue y metilcelulosa, son materiales que se usarán con frecuencia en el Taller de Restauración.

El Taller también se ocupa de preparar los documentos que el investigador o el público solicita consultar. Se solicitan 48 horas antes, por correo electrónico, para analizar estado de conservación de cada pieza documental y sobre ello se autoriza o no la consulta. Cuando las piezas se encuentran en un estado delicado o dañado, los consultantes accederán a formatos de lectura digital, como sucede con los fondos documentales anteriores al siglo XIX.

También se encuentra a disposición del  público una Biblioteca  especializada en historia local y  regional, y libros antiguos desde 1492; además posee una Hemeroteca con ejemplares de 1860 -1933 del diario Eco de Córdoba, La Patria, El Interior, entre otros.

Preocuparse y Ocuparse

Las tareas de restauración que lleva adelante el Archivo Histórico, la exigencia que establece en los protocolos de consulta, en la manipulación de los documentos y la asistencia especializada en sala son parte de una política de conservación que tiene por finalidad no perder registros de ayer y hacerse de los de hoy. Divulgar la historia de la provincia y contribuir con la investigación científica serán sus objetivos más allá de los formatos en los que se escriba y del tiempo en que se los consulte.

Consultas en sala

El Archivo se ubica en el Centro Cultural Córdoba (Av. Poeta Lugones 401). Abre sus puerta al público de lunes a jueves de 9 a 17 horas. El contacto telefónico es (0351) 434-3517,  y por  correo electrónico a archivo.historico@cba.gov.ar. Para acceder a la consulta de toda documentación se debe presentar DNI como requisito indispensable y se debe solicitar con una antelación de al menos 48 horas.