“Fue realmente un acto muy emotivo, todos los años participamos porque nos complace mucho el interés del Gobierno de Córdoba en difundir las cosas que se hicieron con nosotros”. Con estas palabras, Edgar Wildfeuer agradeció al Gobierno Provincial el homenaje en memoria de las víctimas del Holocausto.
Es que Edgar junto a su esposa Sonia son los últimos sobrevivientes del Holocausto que residen en la provincia. Escuchar en primera persona algunos pasajes de aquel horror emociona a cualquier interlocutor. “Quedé solo sin mi familia y por eso es una obligación moral para mí hablar. Con mi señora hemos escrito libros para que se conozca nuestra historia”.
Visiblemente emocionado, Edgar agrega: “Es necesario que se sepa lo que pasó. Por más que no sea lindo remover esa memoria de todo lo vivido, es necesario que se difunda para que nunca se repita. Y, especialmente hoy día, donde hay gente que niega lo que existió”.
En su brazo izquierdo, Edgar tiene grabado 174.189, como testimonio que le dejó Auschwitz. Capitalizar el dolor, difundir su mensaje a través de charlas y talleres, conferencias y encuentros donde se los convoca, es una forma de “mantener viva la memoria y ayudar para que desaparezca la xenofobia y la gente aprenda a vivir aunque uno sea diferente de otro”.
Con firmeza y templanza, ellos prefieren transformar lo vivido en un mensaje de paz y tolerancia que difunden en charlas y talleres por todo el país. Fieles a su objetivo, participaron de la realización de películas que recrean sus testimonios, a la vez que realizan conferencias en escuelas a fin de lograr una sociedad más tolerante y libre de rencores.
“Hoy estoy muy reconfortado por haber escuchado las palabras del Gobernador Schiaretti y de los representantes de DAIA, que confirman lo que sostengo”, dice.
A pocos días de haberse cumplido el 71° aniversario de la liberación del campo de concentración de Auschwitz, Edgar expresa su deseo de trasmitirle a la sociedad su principal anhelo: “Mi mensaje es que sean tolerantes, que sepan convivir con los demás y que sepan que nadie es superior al otro”.