San Vicente, un poblado ubicado en la «triple frontera» de la provincia

San Vicente es un pequeño poblado ubicado entre monte y cultivos de papa, a unos 50 kilómetros de “la triple frontera” que comparten Córdoba, San Luis y La Rioja, en una llanura que se extiende hasta donde alcanza la vista.

El origen de esta localidad está entrelazado a la obra del Cura Brochero, quien en 1872 levantó una capilla que hasta el día de hoy domina el centro de este pueblo de calles de tierras y pocas manzanas, donde viven unos 1.800 habitantes.

Como suele pasar en los pueblos chicos, el ritmo de vida es pausado. Pero en verano, la calma rural da paso a un hormigueo incesante de visitantes, que llegan al complejo recreativo de la localidad.  Abierto en 2015, este predio ofrece como principal atracción tres piletas, toboganes acuáticos y sombrillas rústicas, con las Sierras Grandes como telón de fondo.

La fisonomía caribeña del predio y las oleadas de hasta 2.000 visitantes que vienen a pasar el día , contrastan con el paisaje desolado y árido que  encontró el Cura Gaucho cuando puso sus pies en la zona. Cuentan las crónicas de la época, que entonces existía poco más que un precario oratorio de paja que a duras penas se mantenía en pie.

José Gabriel Brochero llegó en 1870, luego de ser designado párroco del curato de San Alberto. En busca de recursos materiales para levantar el templo, recorrió todo el departamento y poblados limítrofes. Al cabo de varios días, volvió trayendo vacas, caballos, mulos, ovejas y dinero. Y puso manos a la obra.

El cura ofició de director de obra y albañil. Fue así que, mientras arrastraba unos tirantes de madera, cayó de una mula y se quebró una pierna. No dedicó mucho tiempo a guardar reposo y a los pocos días reapareció sostenido con muletas, dispuesto a continuar las tareas.

Al cabo de dos años, la parroquia abrió sus puertas. Fue bautizada con el nombre de San Vicente Ferrer, en referencia al patrono de la lluvia. Es que desde el origen de los tiempos, el agua no abunda en esta región, aunque las tres piletas de natación que dan alivio en verano parecieran afirmar lo contrario.

La fachada de la iglesia, construida bastantes años después, muestra influencias arquitectónicas del historicismo y el Art Decó, combinadas con decoraciones moriscas, ojivas en la portada, arcos en herradura en la ventana coral, entre otras características.

La pavimentación de la ruta E 91 fue clave para mejorar la conectividad de la comuna con Villa Dolores y el resto de la provincia. Como relata María Romero, ex jefa comunal y actual legisladora departamental, esto facilita que lleguen visitantes de San Luis, La Rioja y de turistas que se alojan en Mina Clavero y Nono, que buscan un chapuzón refrescante y la calma en medio de la llanura ardiente.

Romero agrega que años atrás se radicó la empresa saudí Almarai, con una planta para el enfardado de alfalfa, que se ubica en el ingreso al pueblo. Allí trabajan alrededor de 200 personas, la mitad de las cuales son habitantes de San Vicente. Con la próxima llegada del gas natural, la legisladora espera que se incrementen las posibilidades de progreso de la comuna.