“La mujer tiene que seguir peleando por sus derechos”

Muchas son las mujeres que luchan por sus ideales y entregan su vida a lo que creen que es justo. Es el caso de María Esther Cafure de Battistelli, ex vocal del Tribunal Superior de Justicia y actualmente Directora Académica en la Oficina de la Mujer.

Cafure tiene la particularidad de haber sido nada menos que la primera jueza mujer del fuero civil que tuvo Córdoba, momento que aún recuerda como si fuese ayer. “Tenía una larga experiencia en Tribunales cuando fui propuesta por el Poder Ejecutivo debido a mis antecedentes. Tenía 29 años y estaba embarazada. Sabía que el desafío era grande pero estaba preparada para hacer una carrera”, aseguró la ahora ex magistrada.

Con una vida entera en el Poder Judicial y una “primera casa” en Tribunales, María Esther parece la indicada para referirse a la mujer y sus reivindicaciones en los últimos años. La doctora comentó que los exámenes de ingreso y los concursos en el campo laboral le “abrieron el camino a la mujer para acceder a cargos por su capacidad, porque no existen las diferencias entre ser varón o mujer” pero que sin embargo, la batalla continúa.

“La mujer tiene que seguir peleando por sus derechos. Los derechos se conceden pero hay que hacer realidad la posibilidad de acceder a ellos. No ha sido muy beneficiada en muchas cosas, como el derecho alimentario en los juicios de divorcio, una retribución justa o en el derecho a trabajar cuando el sexo o la edad que augura la maternidad es un ‘no’ para el ingreso a la actividad laboral. Ni hablar si nos referimos a la obligación que se toma una mujer cuando decide formar una familia, tener hijos y criarlos, cosas que demandan mucho tiempo paralelo al trabajo”, manifestó.

Violencia de género, un desafío de nuestro era

Al ser consultada sobre los recurrentes casos de violencia de género, la abogada no se priva de calificar a la actual situación de “grave” no sólo “porque eventualmente puede causar la muerte de la mujer provocando un daño final” si no además porque están los daños que deja el proceso de maltrato, que “son los daños psicológicos que marcan a la persona para toda la vida como el sentimiento de falta de autoestima y disminución”.

En este contexto, para la ex jueza más allá de judicializarse la violencia doméstica, aún resta mucho por hacer. “Hay que aumentar el apoyo de las autoridades, especialmente haciendo foco en las necesidades que tiene la mujer para recuperarse, el después, cómo salir adelante que es lo más difícil”, indicó.

Una vida ligada a la justicia

En enero de 2014, María Esther se retiró del Tribunal Superior de Justicia donde estuvo 18 años y atravesó cinco administraciones de gobierno. Pero sus días siguen tan entregados a su vocación de trabajo como cuando era una escribiente en Tribunales de apenas 17 años.

Actualmente se desempeña ad honorem en la Oficina de la Mujer con el objetivo de “seguir apoyando esta gestión que tiene puesto los ojos en la capacidad del Poder Judicial, de modificar los comportamientos violentos en la conducta del hombre contra la mujer. Le cabe al Poder Judicial una tarea muy importante”.

Trayectoria

• Abogada, egresada de la Universidad Nacional de Córdoba. Fue Decana y Vicedecana de la Facultad de Derecho.

• Desde 1952 ocupó distintos cargos en el Poder Judicial de la Provincia de Córdoba como Secretaria de Juzgado de Primera Instancia, Asesora Letrada en los fueros Civil y Penal, Juez en lo Civil y Comercial, Vocal de Cámara de la Justicia de Paz Letrada, Vocal de la Cámara de Acusación, Vocal de la Cámara Primera en lo Criminal de la Primera Circunscripción.

Desde el año 1977 hasta 1984 ejerció la profesión de abogada tanto en el área civil, comercial, penal y se desempeñó como Presidenta del Tribunal de Disciplina de Abogados.

• En 1995 asumió como Vocal del Tribunal Superior de Justicia.

• Actualmente se desempeña en la Oficina de la Mujer.