La investigación en seres humanos: una cuestión ética

“Bioética”, “ética de la investigación”, “ética clínica”, son definiciones que están en el aire en los tiempos que corren. Con frecuencia escuchamos mencionarlas aunque no seamos capaces de agotar su significado. Tal vez sospechamos que su vigencia está relacionada con los avances de la ciencia y específicamente de la medicina. Y lo está.

De hecho, estos términos implican la existencia de límites que los investigadores no pueden cruzar, aun cuando sea en la búsqueda de procedimientos con fines tan nobles como la cura de una enfermedad. La Provincia de Córdoba cuenta con un organismo responsable de vigilar que esos límites se respeten, ya que lo que está en juego es la dignidad misma de la condición humana. Se trata del Sistema de Evaluación, Registro y Fiscalización de las Investigaciones en Salud (SERFIS).

Conversamos con el doctor Hugo Vilarrodona, su coordinador, para que nos familiarice con algunos de estos conceptos.

¿Qué es la bioética?

Es el cuerpo de conocimientos que tiene que ver con las cuestiones éticas y metodológicas de las investigaciones… Sobre la vida, y no solamente la vida humana, sino también la de seres no humanos: la vida vegetal, animal en todas sus formas, planetaria, etc.

¿Cuál es la diferencia entre “ética clínica” y “ética de la investigación”?

Ambas forman parte de la bioética.

La ética clínica trata cuestiones éticas referidas a una vida particular, única, irrepetible, en la que se presenta algún conflicto moral. Por ejemplo: un paciente que desea suspender un tratamiento porque resulta doloroso, cruel, inconducente, etc.

En cambio, la ética de la investigación tiene por propósito analizar procesos investigativos en los seres humanos en general —pero también en otras áreas—, y persigue el fin de procurar beneficios comunes a la humanidad. No ya para un individuo particular, sino en beneficio de la mayoría de los seres humanos.

¿Qué es el SERFIS?

En resumidas cuentas, es el sistema provincial, dependiente del ministerio de Salud, que registra, evalúa y controla las investigaciones en seres humanos dentro de la provincia de Córdoba, y que tiene vigencia legislativa de acuerdo de la Ley Provincial 9.694, promulgada a fines de 2009.

¿Existen en Córdoba  investigaciones en cantidad como para justificar la existencia de un sistema estatal de control?

Absolutamente, sí. En Córdoba hay muchas investigaciones que se llevan a cabo de forma simultánea en centros de la Capital y el interior. Las investigaciones son muchísimas y diversas. Es necesario contar con un sistema de control activo y que funcione de manera eficaz.

¿Por qué es necesaria la investigación en seres humanos?

Porque a pesar de que el hombre y los animales —sobre todo los mamíferos superiores— son muy similares desde el punto de vista genético, nunca se puede extrapolar un resultado llevado a cabo en animales, y afirmar taxativamente “esto mismo va a ocurrir con el ser humano”. Las pruebas con seres humanos son absolutamente necesarias, porque el resultado con animales puede ser muy disímil. Es un paso que no puede evitarse para obtener la veracidad del resultado final, para saber si lo que estamos haciendo sirve o no sirve en nuestro beneficio.

Sin embargo, existe una tendencia a mirar con malos ojos estas investigaciones.

A lo largo de los años estuvo instalado en la sociedad el temor de los hombres a ser tomados por “conejillos de indias”. Con el tiempo va desapareciendo esa idea, ese prejuicio. Los seres humanos colaboran con una actitud altruista para que las investigaciones, que como dije antes son indispensables, se lleven a cabo. Hay muchas enfermedades que todavía no tienen ningún tipo de tratamiento: tenemos que investigar sobre esto para ver de qué forma vamos a poder mejorar, si es que podemos, estas situaciones.

¿Cuál es la importancia de la presencia del Estado en la materia?

Es fundamental, porque ¿quién nos representa como ciudadanos? El Estado debe crear mecanismos propios para que no se inflija un daño a las personas en algún momento. Los fines de quienes proponen las investigaciones pueden ser de distinto tipo: si bien el propósito último es mejorar la calidad de vida de los individuos y sus condiciones, no podemos negar que exista un móvil comercial o material desde el punto de vista de quien propone la investigación. Es ahí donde el Estado debe intervenir y controlar.

Un poco de historia

Fue al término de la Segunda Guerra Mundial cuando la discusión sobre la ética y su vinculación con la experimentación en seres humanos cobró vasta notoriedad.

Un documento inicial surgido de ese interés fue el llamado Código de Núremberg, producido en la misma ciudad donde se sustanciaron los juicios a los jerarcas nazis. Fue allí, en 1947, donde la comunidad científica decidió revisar las aberraciones cometidas por el nazismo en el campo de la investigación, experimentos que la Historia sintetizará por siempre en el recuerdo, tan célebre como cruel, del doctor Josef Mengele.