Escuela Hospitalaria: la educación como motor de esperanza

El momento de enfermedad es para el niño una situación de pérdida, de duelo: lo aleja de sus amigos, no puede asistir a la escuela, disminuye el contacto con sus familiares. En este proceso ellos se convierten en “héroes de la vida”, representando un ejemplo de lucha y superación personal, porque a su tan corta edad les toca enfrentar una situación que cambia radicalmente sus vidas.

En ese marco, la tarea que realizan las docentes de la Escuela Hospitalaria y Domicialiaria «Atrapasueños», que funciona en el Hospital de Niños, es lograr que no pierdan el sentido de pertenencia con su escuela de origen, convirtiéndose en su sostén hasta el momento en que el menor se reinserta nuevamente en sus sistema escolar habitual.

Pero a la hora de educar, el proceso de aprendizaje es mutuo.

La directora de la escuela, Liliana Camargo, define la manera en que estos pequeños guerrerosdejan una huella imborrable en cada uno de los docentes. “Con su lucha, los chicos te enseñan a vivir Nosotros trasmitimos conocimiento y ellos nos trasmiten experiencias de vida que son muy fuertes. Cuando empezás a trabajar con ellos cambiás la filosofía de vida; te muestran lo que verdaderamente importa, valorando cada día y comprendiendo que el tiempo es ahora”, dice.

“Lo más satisfactorio es cuando llegás y el niño te espera con una sonrisa. Llegar a sus casas y ver que están sentados ahí, esperándote, con ganas de que les enseñes. Lo más destacable es la fortaleza y la entereza que se ve en ellos”, agrega una de las docentes a cargo de la educación de Nivel Secundario.

El nombre “Atrapasueños” surgió a raíz de una leyenda que cuenta que una abuela protege los sueños de su nieto regalándole uno de estos objetos que solemos ver en las ferias de artesanías, en los que, según se dice, quedan «enganchados» los sueños buenos, y los malos se van. Esto representa la misión que día a día materializan las docentes que integran la escuela, considerando que la educación que imparten representa una posibilidad de realizar uno de estos sueños: volver a esa normalidad que perdieron por causa de la enfermedad y poder continuar con su trayectoria escolar.

La Escuela Hospitalaria comenzó a funcionar en el año 2002, cuando un grupo de docentes empezó a enseñar a los alumnos internados en el nosocomio. A partir del año 2004, se incorpora a esta modalidad el servicio de educación domiciliaria, atendiendo a los alumnos que debían permanecer convalecientes por más de 30 días en su domicilio.

En estos casos, el docente se convierte en el nexo entre la escuela de origen y el niño, acompañándolo hasta al momento de la reinserción escolar, mediante distintas actividades que resaltan los valores de la solidaridad y el respeto.

El docente asiste al menor en el proceso, tanto en su trayecto escolar como transitando los momentos de su enfermedad desde un abordaje pedagógico.

La escuela cuenta con nivel Inicial, Primario y Secundario. La modalidad domiciliaria y hospitalaria es transversal a todos los niveles de educación, convirtiéndose en la única escuela hospitalaria de Córdoba que cuenta con los tres niveles del sistema educativo y los dos servicios. Se trabaja con niños de todo el interior de Córdoba y también de otras provincias.

«Atrapasueños» representa una escuela de transición. La tarea primordial es preparar al alumno para el momento de su regreso a la escuela de origen, manteniendo un nexo permanente con ella y logrando que el niño no sienta que ha perdido el sentido de pertenencia.

El servicio domiciliario se brinda también a niños que son derivados desde otros hospitales ya sean públicos o privados, incluyendo las localidades del interior.

El Hospital cuenta con siete Salas de Internación Pediátrica (SIP), cada una de ellas con alrededor de 40 niños y una especificidad diferente (oncológica, de salud mental, casos de urgencia, o enfermedades crónicas). Cada semana, las docentes visitan a todos los chicos en edad escolar que están internados y relevan datos acerca de la enfermedad que padecen y el tiempo aproximado que durará su tratamiento.

 Asociación Civil «La Casa de Roland MacDonalds»

Bajo el lema “un hogar lejos del hogar”, esta casa alberga alrededor de 110 familias por año y cuenta con 17 habitaciones. Desde su inauguración en 2008, ya se albergaron aproximadamente 680 familias. Allí se brinda cobijo a numerosas grupos familiares derivados por el área de Asistencia Social del Hospital de Niños en casos en que el menor afectado debe continuar con un tratamiento prolongado y no puede retornar a su casa.

A diario se organizan diversas actividades, entre ellas talleres de tejido, reciclado o bingos, con el propósito de convertir al hogar en un espacio de recreo de los tratamientos médicos que deben practicarse. Además, se lleva adelante la iniciativa “pequeños talentos”, desarrollada por voluntarios de la planta Volkswagen, quienes ofrecen talleres orientados a satisfacer los deseos que manifiestan los padres alojados. Del mismo modo, se realizan convenios con escuelas secundarias por medio de los cuales los alumnos efectúan prácticas solidarias.

“Los chicos siempre te enseñan cosas muy valiosas. Ojalá tuviera un cuarto de la valentía que me han enseñado muchos de nuestros nenes”, expresó la directora de la Casa de Roland McDonalds, Beatriz Schurmajer.

Un ejemplo de superación personal

Genaro tiene tan sólo 11 años. Es oriundo de la localidad de Huanchillas, ubicada en el sur provincial. Hace más de tres meses que se encuentra internado en el Hospital de Niños como consecuencia de un accidente que le costó la amputación de una de sus piernitas.

Con una fortaleza admirable y en el afán por superarse, este pequeño titán, como fruto de su esfuerzo, resultó el abanderado de la Escuela Hospitalaria en el marco de los festejos por el Día de la Bandera, realizando allí su promesa de fidelidad a la enseña patria.

“Nosotros no sabíamos que la escuela existía, es una labor importantísima. Gracias al trabajo que viene realizando la maestra, Genaro no va a perder el año escolar, sino que le permitió seguir junto a sus compañeros. Tiene que salir adelante de esto y el apoyo es fundamental, sus amigos le envían cartas y hasta lo han venido a visitar”, expresó el papá del nene refiriéndose a la influencia positiva que cumplió la escuela “Atrapasueños” en la vida de su hijo.