El envejecimiento activo, un compromiso de todos

En un mundo que avanza a ritmo vertiginoso y margina a los adultos mayores, ya no basta con envejecer saludablemente. Se necesita hacerlo de una manera activa, con participación social y contar con una amplia red de apoyo que vaya más allá de las relaciones de cuidado.

Éstos son los ejes del nuevo paradigma que impulsa la Organización Mundial de la Salud (OMS), según explica el gerontólogo español Miguel Ángel Vázquez Vázquez, quien disertó sobre “Cuidado y buenas prácticas en la atención a personas mayores”, en un evento organizado en conjunto con el Hogar Arturo Illia dependiente de la Caja de Jubilaciones, Pensiones y Retiros de Córdoba; la Regional Cuarta Capital del Colegio Profesional de Kinesiólogos y Fisioterapeutas de Córdoba y el Grupo Interdisciplinario Iberoamericano de Gerontología, y que contó con el apoyo del Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia.

En una entrevista con la alegría de vivir, el nuevo periódico dirigido a la tercera edad del Hogar Arturo Illia de la Caja de Jubilaciones de Córdoba, el especialista, con más de 20 años de experiencia en el trabajo con personas mayores, señaló al compromiso, la prevención y un estilo de vida sano, como las claves para envejecer bien en un mundo que aumenta la expectativa de vida cada vez más.

¿Cuáles son las problemáticas de la vejez en la actualidad?

En la actualidad el mayor no es útil para la sociedad y la vejez está cargada de estereotipos negativos. Antes se respetaba al adulto mayor y atesoraba su conocimiento, experiencia y sabiduría. Hoy vivimos en el mundo de la especialización que avanza rápidamente y el mayor dejó de ser admirado. Él va a su ritmo, ritmo de vals y uno a ritmo de rock.

Este 2012 fue declarado el Año Europeo del Envejecimiento Activo, ¿En qué consiste este nuevo paradigma?

Se trata de poner en valor un nuevo paradigma de la OMS que propone ir más allá del envejecimiento saludable y generar cambio social. Para que los mayores, además de tener salud y seguridad, se comprometan y participen activamente. Están siendo muy marginados.

¿Cómo se hace para cambiar?

Hay que cargar a los mayores de valor; empoderarlos, valorar su autonomía y autovalidez. El viejo tiene que seguir decidiendo por él mismo lo que le conviene y tiene que seguir comprometido. La sociedad tiene que exigir al mayor compromiso y los mayores tienen que exigir espacio para ese compromiso. Es importante, además, fomentar filosofías de cambios en la relación de cuidados.

¿En qué consisten esos cambios en la relación de cuidados?

Se trata de ir hacia un paradigma de apoyo que trabaja desde la perspectiva de la participación activa. La idea frente a los cuidados es muy sanitaria. Pone a uno en un nivel y al adulto mayor en otro. Surgen, así, modelos de infantilización, de paternalismo inapropiados y se da una ruptura social: el mayor es visto como una parte diferente de la sociedad. Faltan redes de apoyo.

¿Cuál es el papel de la familia?

Al mayor hay que cuidarlo y quererlo. Lo principal que tiene que hacer la familia es querer al mayor, brindarle cariño y amor. El profesional tiene que mantener una distancia apropiada. Además, es necesario buscar espacios de encuentro y enseñarles a cuidar. Cada vez hay más gente en situaciones de dependencia física y psíquica y todos tenemos que responsabilizarnos.

¿Cuáles es la clave para alcanzar una vejez saludable?

Hay que mantener hábitos saludables, como actividad física y nutrición, y hábitos sociales. El estilo de vida pesa más que la genética en una proporción de 70 a 30. Lo que no tiene sentido es que a una persona de ochenta años le pretendas cambiar su estilo de vida a esa altura.