El BEG cambió el panorama de las escuelas en el interior

La presidenta comunal de San Vicente, María Angélica Romero, no duda en afirmar que “el pueblo se revolucionó, porque siempre existió la intención de la gente de cursar el secundario, pero ahora el Boleto Educativo garantiza que se duplique la matrícula real”.

La jefa comunal está orgullosa de haber alcanzado este año una matrícula de 180 estudiantes en una población que, según el último Censo Nacional, tiene 692 habitantes.

Además, se sumaron cerca de 120 matriculados (entre adultos y jóvenes) para estudiar en Villa Dolores, ya sea un terciario o un secundario con otra orientación.

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Romero explica que el costo de los boletos de transporte dificultaba la continuidad de los estudios al sector mayoritariamente rural y dedicado a la producción de la papa.

Hasta la comuna de San Vicente se trasladan a estudiar desde los parajes La Concepción, San Rafael, La Reducción, Las Toscas, El Cañaveral, La Línea, Quebracho Solo, San Miguel y San Martín, entre otros y funcionan en la zona 13 escuelas rurales.

Por su parte, el intendente de Las Tapias, Ricargo Hidalgo, coincide en señalar que en la zona también se amplió el número de matriculados en los establecimientos educativos del departamento San Javier. Destaca que tanto de día como de noche y los fines de semana se trabajó para que los miembros de la comunidad educativa pudieran acceder al beneficio.

Señala que son “180 los jóvenes de zonas rurales que ahora son trasladados por el sistema implementado entre el ministerio de Transporte y las municipalidades”.

El intendente de Nono, Mario Ceballos, está de acuerdo con sus pares en “que al principio hubo desconfianza, pero cuando la gente comprobó que el programa funciona, se sumó”.

El funcionario remarca que el frío intenso que se vive en el invierno y los caminos montañosos eran un impedimento para trasladarse a estudiar, y ahora esa realidad ha cambiado.