Ayuda y capacitación para superar las adicciones

Los Centros de Integración Social (CIS) son dispositivos que funcionan en distintos puntos de la provincia. Su principal objetivo es abordar integralmente las problemáticas relacionadas al consumo de sustancias por medio de la prevención, capacitación y tratamiento de adicciones, desarrollando estrategias de abordaje psicosocial, educativo, cultural y laboral.

Esta iniciativa de la subsecretaria de Prevención de Adicciones, dependiente del ministerio de Desarrollo Social, está presente en Villa María, Mina Clavero y Río Cuarto, además de en la ciudad de Córdoba. Al mismo tiempo, se implementan programas de prevención de consumo de sustancias en el ámbito educativo y familiar.

Para obtener mayor información y tomar contacto con algún representante del Centro que se encuentra en la ciudad, comunicarse al (0351) 4288700 o asistir personalmente a la siguiente dirección, Entre Ríos 680, Centro.

 Programas de Prevención

En articulación con el ministerio de Educación, la subsecretaría de Prevención de Adicciones puso en marcha recientemente el programa “Poné Me Gusta”, una iniciativa orientada a capacitar a docentes a fin de que apliquen transversalmente distintas consignas en materias del plan regular de estudios. El manual didáctico con que se trabaja está dividido en diez unidades, y cada una aborda una habilidad psicosocial: autoconocimiento, empatía, comunicación asertiva, relaciones interpersonales, toma de decisiones, resolución de problemas, pensamiento crítico, manejo de emociones y manejo de tensiones.

Con la finalidad de extender el abordaje integral, uniendo esfuerzos con los municipios y comunas de la provincia se lleva a cabo además el programa “Municipios en acción”, cuyo principal objetivo es brindar herramientas teóricas metodológicas con el propósito de diseñar en conjunto un Plan de Prevención en Adicciones con características locales.

 Tratamiento

 La labor se realiza en espacios grupales denominados “Grupos Psicoeducativos”, mediante los cuales se pretende lograr que el joven reconozca el comportamiento que tiene aprendido, intentando dilucidar los motivos que lo condujeron a incursionar en las drogas, posibilitando la adquisición de nuevas habilidades que le permitan evitar y rechazar futuras situaciones de riesgo. Estos grupos están coordinados por tutores que actúan como guías en el proceso.

Se busca, al mismo tiempo, brindar un marco de actividades que resulten placenteras y se perfilen como alternativas evitando que el consumo se convierta en una opción a la hora de resolver los conflictos personales.

La mayoría de los chicos que asisten al CIS son derivados por alguna institución, mientras que otros, que han atravesado algún conflicto judicial, son derivados por el juzgado para que sean valorados. En ocasiones, son los padres quienes se acercan al dispositivo.

Asimismo se brindan también espacios de coloquio individual en los casos en que la persona necesite establecer una instancia individual con su referente a fin de exteriorizar alguna situación particular.

 Grupos psicoeducativos

 Como parte del tratamiento y para lograr optimizar el proceso de recuperación por el que atraviesa el joven, se realizan de manera complementaria “Grupos psicoeducativos para adultos responsables de crianza”.

En este ámbito, los tutores de los chicos que se encuentran bajo tratamiento comparten en instancia grupal las situaciones de conflicto que diariamente les toca afrontar en relación con el comportamiento de sus hijos, que en muchos casos han abandonado la escuela o se tornan violentos en circunstancias específicas. Son contingencias que alteran el modo de vida de todo el entorno familiar, por lo que se intenta que grupos proporcionen contención y acompañamiento a los familiares de quien está bajo tratamiento.

 Se busca trabajar en el desarrollo de pautas de crianza, desarrollando habilidades parentales que tienen que ver con la comunicación, la puesta de límites en el vínculo afectivo, los sistemas de valores y la cultura del buen trato. El trabajo se desarrolla a través de diferentes módulos que apuntan a una temática en particular.

 En procura de realizar un abordaje integral, de manera preventiva se desarrollan “Grupos psicoeducativos con niños” integrados por menores de 3 a 12 años. En casi la totalidad de los casos, estos niños no son consumidores habituales, sino que han experimentado alguna vez con alguna sustancia nociva. La mayoría se encuentran insertos en contextos de riesgo, donde algún familiar del entorno más directo es consumidor.

 La intención es proporcionar habilidades para la vida, además de brindar talleres audiovisuales y actividades creativas de teatro y cine.

 De manera complementaria, se dictan cursos de capacitación laboral para jóvenes de ambos sexos de 14 a 24 años que se encuentran desocupados y hayan abandonado el sistema de educación formal. La propuesta se enmarca en el programa “Confiamos en Vos”, de la Agencia de Promoción de Empleo y Formación Profesional. Los talleres ofrecidos son: Introducción al diseño gráfico, Servicio de cuidado de niños en familias, Computación y Armado de PC.

 En estos espacios, los docentes y  tutores realizan el seguimiento y  la contención de los jóvenes que atraviesan alguna situación vinculada al consumo problemático de sustancias propiciando su inserción en el mundo laboral, intentando que cuando finalicen el curso no sólo sepan un oficio sino que posean una herramienta que les permita generar un trabajo.

 “Cuando el chico abandona el sistema educativo y no posee un oficio, los cursos de capacitación son opciones muy favorables”, expresa Victoria Martínez, coordinadora del área de Asistencia y Reinserción Social.

 “A través de estos talleres, los tutores proporcionan herramientas que facilitan la búsqueda de trabajo. Se enseña a los chicos a confeccionar un currículum, se los prepara para presentarse en una entrevista laboral, dotándolos de habilidades”, manifiesta la coordinadora.

 Testimonio

 Rodrigo tiene 17 años y se encuentra participando desde hace un tiempo de los grupos psicoeducativos. “Mi mamá me trajo acá, me sirvió mucho para alejarme del consumo de drogas”, expresa el joven.

 Con una mirada tímida, cuenta: “Cuando llegué a este lugar, yo dormía en una estación de servicio dentro de un auto, porque cuando mi mamá se enteró que yo había empezado a consumir gas butano, me echó de mi casa y no me dejó volver. Estuve seis meses viviendo en el auto de mi papá que me lo prestó para que no durmiera en la calle, porque no tenia donde ir y era invierno”.

 Rodrigo recuerda cómo fue su primera experiencia con las drogas: “La primera vez que consumí tenia 14. Se dio porque mis amigos lo hacían y probé. Me gustó y ahí empecé a relacionarme con las drogas. Sentía que me ayudaba: cuando tenía un problema, consumía, me relajaba y no sentía nada, de alguna manera me tranquilizaba. Pero cuando se iba el efecto, me ponía irritante”.

 Con gran entusiasmo, cuenta que este año comenzó un acelerado con la finalidad de terminar sus estudios. Al referirse a la contribución que le brindó al CIS, manifiesta: “Con Marcela, mi tutora me sentí re bien. Siempre fue buena, hablaba como nosotros. Me ayudó a mejorar la relación con mi mamá, la volví a ver porque desde el centro mi tutora la llamó y nos volvió a unir, y desde ese día regresé a mi casa”.

 “Me ayudo a controlarme, a pensar antes de hacer algo,  porque yo no me medía. Ahora me fijo más en cómo es una persona”, agrega.

 Actualmente, Rodrigo esta participando del taller “Introducción al diseño” que se dicta a través del programa Confiamos en Vos, esperando adquirir los conocimientos suficientes para desarrollar un oficio.