11 de septiembre, un día para celebrar

En la vida de las personas, los docentes que nos marcan tienen nombre y apellido. La señorita Ana, el profesor Claudio, la directora Elsa. Puede ser la maestra de 5° grado, el profesor de biología o la directora del secundario. No importa qué materia den, da igual de qué escuela se trate: los maestros y profesores que se destacan son aquellos a los que les importan sus alumnos.

En este tiempo en que solemos repetir que no hay mejor lugar que la escuela para los niños, jóvenes y adultos, los docentes que hacen la diferencia son aquellos que se preocupan por que sus alumnos aprendan más y mejor.

Cuando los estudiantes tienen la oportunidad de definir qué es un buen maestro, el amor nunca está ausente. El amor que el docente tiene por lo que sabe, pero también por quien espera aquello que tiene para enseñar. Mirar qué les pasa a nuestros estudiantes, escucharlos, ser exigentes y claros en los límites, creer en sus capacidades, es la fórmula que comparten aquellos quienes han encontrado en la docencia un camino de realización, de alegría cultural, compromiso y crecimiento.

Como hace 70 años cuando la Confederación Interamericana de Educación (integrada por educadores de toda América), estableció el 11 de septiembre como el “Día del Maestro” en honor a Domingo Faustino Sarmiento, hoy celebremos que cada vez en esta provincia, hay más docentes que hacen la diferencia.

Con esta convicción el ministro de Educación, Walter Grahovac y la secretaria de Educación, Delia Provinciali, en representación del Gabinete de Educación, hace llegar a cada uno de los docentes un fraternal saludo en su día con el deseo de compartir un sistema educativo para que los niños, niñas, jóvenes y adultos tengan la posibilidad de avanzar, de soñar y ser libres, contribuyendo a alcanzar las metas de justicia social y progreso para todos.