Sofía trabajará en la Dirección de Alimentos de la Provincia

Sofía Acuña está entusiasmada. “Relajada”, remarca su mamá, Gabriela. “La que siempre tiene miedo soy yo”, agrega. Es que hace unos pocos meses, la joven terminó de cursar sus estudios en el Ipem 312 Dalmacio Vélez Sársfield con especialidad en Industria de los Alimentos. Con 19 años, es la primera egresada con síndrome de Down de una escuela técnica de Córdoba.

Días atrás, el ministro de Industria, Comercio y Minería de la Provincia, Roberto Avalle, le comunicó a Sofía que en los próximos días empezará a trabajar en la Dirección General de Control de la Industria Alimenticia de la cartera a su cargo, en un área vinculada específicamente a lo que ella estudió. La noticia convulsionó a la familia. Por estos días, papá, mamá y sus cinco hermanos tratan de convivir con la ansiedad.

“Tenemos los miedos como padres, pero nos resulta fantástico que pase esto con ella y que les abra las puertas a otros chicos”, remarca Gabriela. Sofía, en tanto, se muestra feliz: “Es lo que me gusta, lo que estudié”, dice. Las autoridades de Industria, Comercio y Minería entienden que empezará a trabajar la segunda semana de marzo. “Vamos a ir viendo donde se siente más cómoda”, apuntan.

Sofía nació en el asentamiento “Los 40 guasos”, al sur de la ciudad de Córdoba. En 2006, la familia Acuña fue reubicada en Ampliación Ferreyra, barrio construido durante la gestión del exgobernador, José Manuel de la Sota, en aquel proceso que permitió que más de 10 mil familias pudieran acceder a viviendas de material provistas de los servicios básicos.

En diciembre, Sofía terminó el secundario gracias a su esfuerzo y voluntad y al acompañamiento de autoridades, maestras integradoras, vecinos y familiares. “Siempre estuvo integrada – sostiene su mamá -. Nos manejamos como si fuera un niño más. Y se fue dando todo, profesionales que nos apoyaron y pudimos llegar a lograr esto, que nos está sorprendiendo desde que terminó la escuela hasta el día de hoy. Para nosotros es nuevo”, añade.

Un nuevo desafío

El contacto de los funcionarios del Ministerio de Industria, Comercio y Minería sorprendió a los Acuña. “Lo que veo es mucha predisposición por parte de ellos”, destaca Gabriela. “Tuvimos una reunión con el ministro. No es lo mismo ir a la escuela que a trabajar. En la escuela podíamos intervenir y acá en el trabajo vamos a estar alejados, pero aprendiendo a la par de ella, acompañándola”, subraya.

Sofía se incorporará al equipo de la Dirección General de Control de la Industria Alimenticia, a cargo de Federico Priotti. Por los conocimientos que tiene, consideran que “podrá desempeñarse tanto en áreas técnicas como administrativas”. La repartición en la que trabajará tiene como propósito diagnosticar, planificar, diseñar, ejecutar y controlar políticas y estrategias que promuevan el crecimiento y desarrollo de la industria alimenticia de la Provincia.

Gabriela resalta que “siempre tengo miedo, pero soy yo, ella se ve que no, para nada. Ella es de tomar las cosas más naturalmente que nosotros que nos ponemos ansiosos. Ella está muy relajada, no está nerviosa ni se enoja. Le gusta mucho leer. Si tiene que reforzar algo lo haremos en casa. El tipo de trabajo es el que venía haciendo en la escuela con las profes. Eso nos hace sentir más seguros”, revela.

El técnico en Industria de los Alimentos indaga y se perfecciona en materias como Química Orgánica, Legislación Alimentaria y Sanitaria, Química Biológica, Tecnología de los Alimentos y de Control, Higiene y Seguridad Laboral, entre varias más. Entre otras funciones, resulta habilitado para controlar los planes de recepción, elaboración, transformación y conservación de productos alimenticios.

“Hace un rato me encontré con la directora y me dijo que es lo que saben, porque han hecho pasantías. En el colegio tienen un lugar, un laboratorio, una sala de emprendimientos en donde fueron haciendo estos controles. Tienen una formación general muy buena. Sofía no va a estar en un lugar estable, van a ir viendo en qué lugar puede estar. Puede visitar lugares, fábricas. Ellos van a ir viendo en qué lugar piensan que Sofía puede estar mejor”, resalta su mamá Gabriela.

Sofía sonríe. Higiene y control de calidad, apunta, son áreas que le atraen. Está contenta; sus hermanos felices. “Va quemando etapas y le hace bien”, destaca la mamá. En unas semanas, iniciará ese proceso de transición clave, entre los estudios y el mercado laboral. Una enorme voluntad la sostiene.