Córdoba significa tierra de teatro

La provincia de Córdoba recibe a elencos que vienen de diferentes países para renovar un encuentro en el que todos son protagonistas. La Agencia Córdoba Cultura, con el apoyo del Consejo Federal de Inversiones, organiza más de 100 actividades con espectáculos de 15 países: Canadá, Bélgica, Italia, España, Portugal, Suecia, Cuba, Brasil, México, Ecuador, Uruguay, Venezuela, Colombia y Bolivia. Desde luego que el teatro de Córdoba y el país tendrán su papel, siempre protagonista, con unas 40 propuestas teatrales.

Entre las actividades, está programado un ciclo de Extensión en Cárceles y en Barrios, además de instancias de formación e intercambio en talleres, charlas y también presentaciones de libros, homenajes y reconocimientos.

Cada dos años, la comunidad artística y el público en general reciben este festival de teatro, que acorta distancias, cimenta relaciones y fomenta el intercambio. El vínculo entre los hacedores y el público echa raíces en aquel festival latinoamericano que vio la luz con la recuperación de la vida democrática en Argentina.

Escenario continental

“Un pueblo que en los últimos tiempos sólo ha capitalizado errores y frustraciones no puede ni debe desperdiciar este acierto. Porque el festival no terminó… El festival puede y debe seguir produciendo hechos, no sólo para dentro de dos años, sino para dentro de dos días, para nosotros los cordobeses y las otras provincias”, de esta forma se expresa una nota periodística publicada en el diario La Voz del Interior el 4 de noviembre del año 1984, a raíz del Primer Festival Latinoamericano de Teatro realizado del 18 al 28 de octubre en Córdoba y en las sedes de Carlos Paz y Alta Gracia.

Los espectadores repletan salas y concurren masivamente a las propuestas al aire libre. La respuesta del público supera largamente los pronósticos más optimistas de la organización.

El festival continúa produciéndose cada dos años. Pero de 1995 a 2000 está ausente de la escena. En 2000, el Gobierno de la Provincia de Córdoba toma la firme decisión de restituirlo con el nuevo nombre de Festival Internacional de Teatro del Mercosur. De esta forma, el encuentro teatral volvía a sus legítimos propietarios: la comunidad teatral y el pueblo de Córdoba.

El teatro parece ser un vehículo para la unidad latinoamericana, buscada de tantas maneras desde que las naciones del “nuevo continente” se declararan independientes en el siglo 19. Cesar Vieira, cabeza de la compañía brasileña Uniao e Olho Vivo, sintetiza ese espíritu de hermandad continental cuando dice: “Argentina está a travesando un período importante, ha vuelto a la democracia. Por eso venimos aquí”.

El primer festival dura diez días y lleva espectáculos a salas teatrales, asociaciones civiles que prestan sus auditorios para la función, también en la peatonal cordobesa y en las plazas, con un mandato claro y decidido: “Que el teatro invada la ciudad”, según su consigna.

Los memoriosos recuerdan la impactante actuación de «La Fura dels Baus», la compañía española que dirige Andrés Marten. En su carta de presentación, el elenco dice: “No es un fenómeno social, no es un grupo, no es un colectivo político, no es un círculo de amistades afines, no es una organización pro-alguna causa. Es una organización delictiva dentro del panorama actual del teatro”.

Otra de las grandes presentaciones que iluminan los pasillos de la memoria es la del elenco Rajatabla, que crea el destacado director Carlos Giménez (1946-1993), hacedor teatral que nace en Córdoba y fija residencia en Venezuela. Junto con su hermana Ana y el destacado escenógrafo, Rafael Reyeros, crea en Córdoba el grupo teatral El juglar y La casa del teatro. Hacedor de una imaginación portentosa, Giménez se radicó en Venezuela en el año 1969.