Luis Sosa Luna, artista fundamental en la plástica de Córdoba

El Museo Superior de Bellas Artes Evita-Palacio Ferreyra (Av. Hipólito Yrigoyen 511) presentará la muestra «Interior sin precauciones», una exposición de pinturas y dibujos de Luis Sosa Luna que abrirá el 27 de agosto, con organización de la Agencia Córdoba Cultura. Las nuevas generaciones de artistas y el público en general, podrán descubrir a un artista cabal, que dejó un legado importante para el arte de la provincia de Córdoba.

“Sosa Luna fue un artista fundamental en la escena cordobesa durante los años que van desde las décadas de 1970 a 1990”, señala Tomás Ezequiel Bondone, director del Museo. A lo largo de su trayectoria recibió premios y reconocimientos, supo ganarse la admiración de los pares y el público, “pero su producción artística nunca había sido objeto de una revisión crítica y orgánica, por lo que esta es la primera vez que su obra se exhibe individualmente en un museo público de bellas artes”.

Luis Sosa Luna nació en 1932 en Cruz del Eje y murió en 2005 en el Hogar de Ancianos Padre Lamónaca en la ciudad Capital, donde residía, por propia voluntad, desde hacía algunos años. “Una vida de alegrías y penurias dedicada al arte, que contó con importantes reconocimientos, pero que se fue apagando en medio del olvido”, reflexiona Bondone.

La muestra está integrada por obras de diferentes colecciones, muchas de las cuales serán expuestas por primeras vez. El plástico Marcos Acosta diseñó la curaduría de Interior sin precauciones -título que lleva una de las obras de Sosa Luna-. “La tarea curatorial implicó, además de búsquedas, catalogación e investigación, trabajos de conservación, diseño museográfico y montaje, realizados de manera conjunta entre el curador y los integrantes del equipo especializado de nuestro museo”, comenta el Bondone.

El curador de la muestra tiene previsto realizar charlas los días 3 de septiembre, 1 de octubre y 5 de noviembre para explicar los aspectos fundamentales de las obras expuestas.

La muestra podrá visitarse de martes a domingos de 10 a 20. Los miércoles la entrada es gratuita. El resto de los días tiene un valor de $5, excepto jubilados, estudiantes, niños y jóvenes hasta los 18 años de edad, que ingresan sin cargo.

Reseña

Luis Sosa Luna nació el 3 de noviembre de 1932, era el mayor de siete hermanos. Hijo de padres riojanos, su familia se instaló en la ciudad de Córdoba en 1945. Cursó, aunque sin terminar, estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes Dr. Figueroa Alcorta y en la Escuela de Artes de la Universidad Nacional de Córdoba. En la década de 1960, se desempeñó como escenógrafo para televisión, en LV81 Canal 12 de esta ciudad.

En 1969, un desgraciado episodio marcará la vida del artista y el hombre: sufrió un accidente automovilístico cuando viajaba junto a otras dos personas desde Río Cuarto hacia Córdoba, y uno de sus acompañantes perdió la vida. A raíz de este suceso, Sosa Luna pasó meses sin pintar y sufrió secuelas de aquel accidente.

“En la década de 1970, comienza a perfilarse el estilo que lo identificó”, opina la licenciada en pintura Constanza Molina. “Sus paisajes abandonan la impronta americanista, incorporándose a cierta tradición de la pintura de Córdoba cuyo principal referente fue Ernesto Farina”, agrega Molina. “Así pinta escenas de las afueras de la ciudad, espacios semi rurales, con un predominio de una paleta baja y terrosa”, precisa la investigadora.

“La década de 1980 y principios de 1990 puede considerarse la de mayor productividad artística”, concluye Constanza Molina.

En otro párrafo del escrito incluido en catálogo, Molina expresa: “Sola Luna es un integrante activo del campo artístico local, formó parte de una generación que buscó exorcizar ciertos demonios sociales colectivos luego de un momento traumático y oscuro de la historia argentina, principalmente a través de la representación del cuerpo, asociada a la intimidad y la experiencia privada y particular, como primer territorio a reconquistar”.

Luis Sosa Luna murió a los 73 años de edad, el 27 de abril de 2005, inmerso en una insalvable depresión que arrastraba desde hacía tiempo. Sus cenizas fueron esparcidas en la localidad serrana de Los Reartes, lugar que amó e inspiró algunas de sus obras.