Gabriela Russo, solista de la Orquesta Sinfónica de Córdoba y titular de la cátedra de Arpa en el conservatorio provincial, en los próximos días viaja a un Congreso Mundial de Arpistas que se desarrollará en la ciudad de Sidney, Australia, del 20 al 26 de julio.
Este encuentro internacional se realiza cada tres años en diferentes ciudades del mundo. Los músicos deben presentar una propuesta y luego el comité selecciona a los mejores. La artista cordobesa se concentró en la producción de los años 900: “Fue muy prolífica la producción de compositores argentinos para arpa: Alberto Ginastera, Julián Aguirre, Angel Lasala y Astor Piazzolla, entre otros”, dice Russo.
La solista presentará una introducción a la música argentina y en un recital, interpretará la “Sonata” de Alberto Ginastera y “Adiós Nonino” de Astor Piazzolla. Además presentará su primer disco como solista que luego lo hará conocer aquí en un concierto antes de fin de año.
Sandra Russo viene de familia de músicos; su abuelo era el director de la Banda en Santiago del Estero y su papá amante de la música clásica. Se vinculó desde pequeña con el arpa como un juguete, hasta que lo eligió como compañero de ruta desde hace más de 30 años.
Su formación fue en Córdoba primero, en el Conservatorio Superior de Música, en donde ahora es docente de la cátedra de Arpa. Luego vinieron años de cursos, seminarios dentro y fuera del país. Aunque Gabriela reconoce que para comenzar a participar en encuentros internacionales hay que tener una sólida formación. “De los 20 a los 30 años son los años de mayor formación”, dice la música. Ahora disfruta esta etapa de mujer, madre y música.
Cada instrumento tiene sus secretos y dificultades; Russo cuenta que el arpa requiere mucha coordinación entre pies y manos; enseña que tiene 7 pedales en su base que son como la tecla negra del piano, allí, señala, se hacen los semitonos y bemoles. “Nadie se tiene que dar cuenta, es como un zapateo”, revela y agrega: “ Uno lo tiene que manejar en fracciones de segundos”.