El museo del Libertador y un sevillano radicado en Córdoba

Inaugurado en 1891, el Teatro del Libertador General San Martín sufrió, a lo largo del tiempo, diferentes modificaciones en su interior. La Sala Luis de Tejeda es un testigo de estos cambios, antes en el lugar hubo un patio cubierto, también se la utilizó como sitio de ensayo y taller para el estudio de las bellas artes.

Pero un sitio que no estaba en los planes de Francisco Tamburini -el arquitecto italiano que proyectó el coliseo-, es el Museo del Teatro y de la Música “Cristóbal de Aguilar”, inaugurado el 22 de diciembre de 1970 con el nombre del primer autor teatral que dio a conocer sus obras en esta ciudad.

En la inauguración estuvieron presentes quienes son reconocidos hoy como dos de los más grandes historiadores de Córdoba: Carlos Luque Colombres, que entonces era ministro de Educación y Cultura de la Provincia, y Efraín U. Bischoff, que oficiaba como subsecretario de Cultura de la Provincia.

Escenas de Córdoba

El museo atesora testimonios de las artes dramáticas y de la música. Muchos de los bienes del museo fueron donados por particulares interesados en preservar el patrimonio artístico de los cordobeses. Es, sin dudas, un espacio muy especial para el patrimonio artístico de la Provincia.

Tanto las escenas dramáticas como las actividades musicales en todos sus planos tuvieron en Córdoba, desde la más remota lejanía en el tiempo, cultores muy destacados”, valora el texto del decreto que fundamenta la creación del museo (12 de febrero de 1970), cuyo documento original se conserva en el Archivo Histórico de la Provincia de Córdoba.

La colección cuenta con programas originales de óperas y conciertos, fotografías y objetos de valor histórico. Los cuerpos estables de música, danza y teatro dependientes del Gobierno de Córdoba tienen un lugar destacado en las vitrinas del sitio. Platea y escenario en un mismo nivel para un banquete en el teatro, con el presidente José Figueroa Alcorta (1908)

El museo es objeto de las tareas de restauración que el Gobierno de Córdoba lleva adelante en el teatro, que será el epicentro del Congreso Internacional de la Lengua Española, a realizarse del 27 al 30 de marzo de 2019
La organización del museo estuvo a cargo de Víctor Manuel Infante, un notable gestor de museos de Córdoba.

El autor

Cristóbal de Aguilar se estableció en la ciudad de Córdoba a mediados del siglo XVIII. Aquí contrajo matrimonio con Josefa Pizarro.

Notario Mayor del Obispado a cargo del carmelita descalzo José Antonio de San Alberto, secretario, más tarde, del gobernador intendente marqués de Sobre Monte, hubo de tener contacto con lo más conspicuo de la sociedad cordobesa de la época”, asevera la historiadora Mónica Patricia Martini, en su artículo “Una recepción superficial de la Ilustración cristiana en la Córdoba de las postrimerías coloniales. Examen de la obra literaria de Cristóbal de Aguilar”.

Mónica Patricia Martini, investigadora de la cultura española en el continente americano, reconoce en la obra de Cristóbal de Aguilar una expresión del Iluminismo europeo -la razón facultad común a todas las personas-, en los dominios de la tradición cristiana.

En resumidas cuentas, la “Antología de obras de teatro argentino. Desde los orígenes hasta la actualidad” apunta que Cristóbal de Aguilar nace en Sevilla, España, en 1733 y muere en Argentina en 1828. Autor de poesías, diálogos y piezas teatrales, “es considerado el mayor dramaturgo de la época colonial”.

Muchas de las obras del sevillano se encuadran dentro del sainete, género de carácter cómico con personajes y ambientes populares

«El sainete `El Carnaval´ es una cautivante pintura de ambientes, `La industria contra la fuerza´ y `Venció al desprecio el desdén´ son sainetes muy divertidos y de gran interés por presentar desenlaces opuestos en un tema muy popular del período, el derecho a elegir marido, negado a las mujeres”, sintetiza dicha antología, publicada por el Instituto Nacional de Teatro.

En los tiempos de Cristóbal de Aguilar, el teatro estaba bastante difundido en América.

“En la época de la Colonia coexisten múltiples teatralidades. En las ciudades hay compañías profesionales en las salas, fiestas y ceremonias en las calles, teatro en los colegios religiosos, volatineros en los teatros y otros espacios, expresiones afroamericanas en las calles y en sitios cerrados. En las áreas extraurbanas, hay contrapuntos de improvisadores en zonas rurales, espectáculos religiosos indígenas en las misiones jesuíticas, fiestas mestizas que unen celebraciones patronales católicas con ritos aborígenes”, contextualiza la investigadora Beatriz Seibel en el prólogo de la Antología de obras de teatro argentino.