El Museo de Fotografía Palacio Dionisi reabre sus puertas

Un renovado Museo de Fotografía Palacio Dionisi abre la temporada de exposiciones 2017, con cinco muestras que representan buena parte de las inagotables posibilidades expresivas que ofrece el universo fotográfico.

El lanzamiento, que se llevará a cabo el sábado a las 12, supone además la reapertura del Museo, tras la concreción de obras de puesta en valor y restauración edilicia ejecutadas por el Gobierno provincial.

Como se recordará, el Museo de Fotografía Palacio Dionisi se creó en 2016 para revalorizar el arte fotográfico. Córdoba es cuna de grandes fotógrafos, tanto en el campo del fotoperiodismo como en las vertientes más interesadas en la experimentación artística. Así, la sala  brinda un espacio permanente para la difusión y el reconocimiento de la actividad.

En esta primera muestra anual, se presentarán propuestas de Rodrigo Fierro, Adriana Palomo, Julio Audisio y Marcos Allende Ferrantini, y de un colectivo nucleado bajo el rótulo Yo en escena. Y, como broche de oro, la muestra internacional Martín Chambi, el maestro de la luz, que reúne una colección de imágenes del notable fotógrafo peruano, con curaduría de Teo Allain Chambi, Leila Makarius y Natalia Mónaco.

La exposición se puede visitar a partir del sábado 6 de mayo hasta el sábado 06 de agosto, de martes a domingos de 10 a 20. La entrada general es 15 pesos, menores de 12 años, jubilados y estudiantes sin cargo. Día miércoles entrada libre y gratuita.

Durante la inauguración, habrá música en vivo a cargo de Sei Nou Mandi y del trío de jazz integrado por Federico Seimandi (bajo y contrabajo) Juan Pablo Toch (guitarra) y Andrés Toch (percusión y saxo tenor).

Contexto para la exhibición de un proyecto, de Rodrigo Fierro

Fierro es el encargado de inaugurar la nueva Sala Cero del Museo. Un espacio colmado de luz y transparencias que en esta ocasión alberga una historia personal entramada con la historia de la fotografía. Esta exhibición nos muestra un proceso de trabajo con indicios arqueológicos. Aquí, el artista  expone los vínculos mantenidos en su vida con los objetos fotográficos, en donde soportes y fotones han podido manifestarse para contarnos de fotoaficionados ambulantes, cajas familiares colmadas de gelatinas con memoria, cruces e intercambios en los espacios de formación y lentes que hurgan las relaciones entre educación, cultura y estado. “Esta nueva propuesta de Rodrigo Fierro busca generar una antesala para compartir la trama configurada en este tiempo sin dejar de pensar en lo que vendrá”, concluye Pablo Genero, curador de la muestra.

Trabajos de mujeres.  Otras fotografías de lo invisible 1880-1980, de Adriana Palomo

La Sala de Documentos aloja registros fotográficos que rescatan  el trabajo de las mujeres de la invisibilidad fotográfica que poseen. Adriana Palomo, curadora de la muestra, explica: “Las imágenes  fotográficas  acentúan la violencia real de cuerpos femeninos que dejan la vida y la maternidad en talleres inhumanos. Esas fotografías desnudan la agonía lenta de miles de obreras y campesinas.” La exposición profundiza y enriquece el registro documental para sumar “miradas” que revelen esa conflictividad del trabajo femenino. Dialogan y confrontan revistas, publicidades, postales y documentos personales con fotografías familiares, publicitarias, teatrales, cinematográficas y carnavalescas con vestuarios representativos de ocupaciones.

Jazz Play, Julio Audisio y Marcos Allende Ferranti.

En las salas 1,2 y 3 se presentará el trabajo en conjunto a través de los años, como fotógrafos oficiales del Festival Internacional de Jazz de Córdoba.

La exposición es un recorrido visual por el Festival Internacional de Jazz de Córdoba, que ha crecido con los años y ha permitido escuchar a grandes músicos locales junto a figuras de renombre internacional en los principales teatros de Córdoba, en pequeños escenarios en formato jazz club y en espacios al aire libre abiertos al público masivo. Mientras Allende aborda el tiempo y la tensión emocional, Audisio retrata las atmósferas y la metafísica del género. Juntos generan una narrativa donde las estéticas personales se conjugan para construir una visión del jazz. La muestra fotográfica se estructura en base a ciertas características relacionadas al jazz: Improvisación (el recorrido de la muestra no es lineal; el espectador debe elegir libremente el recorrido). Síncopa (el ritmo narrativo de la muestra se estructura en formatos, tamaños y soportes diferentes, donde el espectador deberá alejarse o acercarse, respectivamente, para observar las fotografías). Fusión (conviven las imágenes de varios subgéneros, desde el jazz tradicional hasta el free jazz).

Yo en escena

Las salas 4 y 6 invitan al espectador a asomarse al mundo autorreferencial de una generación de jóvenes fotógrafas cordobesas que trabajan fuertemente con la construcción de un yo a partir de la imagen de sus propios rostros y cuerpos. ¿Qué quieren decir estas mujeres de ellas mismas? ¿Qué quieren decir de la fotografía como medio? ¿Cómo construyen sus identidades a partir de una escena? La exhibición cuenta con la curaduría de Consuelo Moisset y el colectivo de artistas está formado por Alejandra Beltrán, Lucrecia Boix, Azul Cooper, Bahía Flores, Luciana Kalas, Ariana Kletzel, María Eugenia Las Heras, Pilar Lascano Cowan, Fernanda Leunda, Verónica Maggi, Celeste Onaindia, María Marta Ovelar Tinta, Patricia Rasjido, María Florencia Rojas, Victoria Salvatierra, María Storni, Celina Trucco y Victoria Vivanco.

Martín Chambi, el maestro de la luz

El trabajo del fotógrafo peruano mas celebrado en el mundo se despliega en las salas 7, 8, 9 y 10. El material en exposición corresponde a un recorte de su vasta obra comprendida entre el período de 1920 y 1950. Se aprecian autorretratos, panorámicas de Machu Pichu, Arequipa, calles del Cusco, retratos de estudio; de campo, y los músicos de Martin Chambi. En cada una de ellas se puede admirar el altísimo nivel técnico, el magistral manejo de luz y la mirada excepcional que caracterizaba a artista.

El archivo fotográfico del artista contiene cerca de 30,000 negativos. Comprendidos entre placas de vidrio -las cuales tienen diversos formatos-  películas flexibles y  rollos de 120 y de 35 mm. Las 43 fotografías que integran la exposición corresponden a copias realizadas en papel de algodón. La muestra de carácter internacional cuenta con la curaduría de Teo Allain Chambi, Leila Makarius y la co-curaduría de Natalia Mónaco.