El movimiento previo a las inauguraciones es similar al que sucede en una casa cuando se está por recibir gente. Los productores y programadores recorren paredes, acomodan cuadros y ven hasta lo más imperceptible para alguien que no es avezado en el armado de una muestra.
Para el director del Museo, Jorge Torres, las inauguraciones son “una fiesta” y el estrés que se vive en momentos previos es el normal en estas ocasiones. Esta muestra era “muy esperada”, cuenta Torres, en una de las salas se puede ver un juego que hicieron dos grandes artistas, Carlos Alonso junto Guillermo Roux en un “Mano a mano”.
Dialógo de dos grandes artistas– Carlos Alonso le mandaba a Roux un dibujo por correo y éste se lo completaba y enviaba nuevamente. El mismo procedimiento pero al revés, Roux le enviaba a Alonso y éste se lo devolvía terminado. Así se produjo un diálogo entre los artistas que quedó expuesto en la sala 2 con los trabajos terminados y acompañados del dibujo original. En este cruce, cada uno expresa su modo de abordar el arte, Alonso desde una mirada social y Roux desde un lenguaje pictórico.
Las casas – En otra de las salas se pueden ver las 23 casas que integran la muestra de Martín Kovensky. Un relato autobiográfico que da cuenta de la historia del artista a través de las casas que ocupó. “Es un cuento”, dice Kovensky, cada casa tiene un relato sobre lo que sucedió dentro de ella. “Se parte de una premisa muy simple, las mudanzas de mi vida. Son los recuerdos de cada una de las casas en donde yo viví”, dice y agrega: “Es un proceso dinámico, tiene un lenguaje sencillo y trabajo con la verdad». El artista invita a recorrerla, asegura que es una muestra «amigable».
En las salas 3 y 4 Rosa Mercedes González expone «Ramos Generales» una muestra conformada por objetos, pinturas, dibujos y bordados. Las obras se enmarcan dentro de un nuevo lenguaje lleno de «preciosismo y candor» evalúa el director del Caraffa.
En la sala 5 está el IV Salón Patio Olmos de escultura organizado por dicho Centro Comercial y el Museo Caraffa. En este espacio presentan sus trabajos 25 artistas y el que resulte premiado pasará a integrar la colección permanente del Museo Provincial de Bellas Artes.
Fernando Oliva presenta «Trabajos en el tiempo» en las salas 6 y 7, se trata de una producción que aborda diversos soportes, técnicas y procedimientos como grabado, impresión, collage y procesos seriales.
Por último, en las salas 8 y 9 Alfredo Echevarrieta expone pinturas, dibujos y grabados contenidos en una selección de 55 obras realizadas entre 1990 y 2000.
El evento tuvo una sorpresa -como siempre ocurre en las fiestas- ya que deportistas de trayectoria hicieron un raid fotográfico en donde se reflejó el espíritu de las muestras que se realizan en el museo. «Es para que descubran que este espacio es un lugar abierto -para nada solemne- donde los jóvenes se lo apropian», dice Jorge Torres.
Las muestras se pueden visitar hasta el 17 de marzo, de martes a domingo y feriados a partir de las 10.30.