El Club del piano renueva su función en el Buen Pastor

Como cada último domingo de mes, el ciclo “El club del piano” lleva la música clásica de los grandes teatros a los barrios y a los espacios públicos comunes. En esta oportunidad, serán los pianistas Hermes Bálsamo y Gustavo Zaka los que actuarán en la Capilla del paseo del Buen Pastor -avenida Hipólito Yrigoyen 3- el domingo 30 de abril a las 19 horas.

Así, con entrada libre y gratuita, la segunda presentación del ciclo invita a disfrutar las semejanzas y los contrastes entre dos mundos sonoros como son la música popular argentina y el repertorio para piano europeo. La ocasión unirá a dos importantes exponentes como son Hermes Bálsamo, un genuino representante del tango de Córdoba, y Gustavo Zaka, brillante intérprete del repertorio clásico.

La primera reunión del club fue el 26 de marzo pasado y tuvo como protagonistas a Elvira Ceballos, folklore, y Pablo Rocchietti, clásico. En ese marco, hubo un piano instalado en una de las esquinas del paseo del Buen Pastor. Los transeúntes que pasaban por ahí y aquellos ocasionales visitantes pudieron tocar el instrumento y compartir su música con el resto.

El club nace a raíz de una iniciativa de un técnico afinador de pianos, Miguel Puch, cuya propuesta encontró eco en el Paseo del Buen Pastor que depende de la Agencia Córdoba Cultura.

Miguel Puch heredó el oficio de su padre. Hace 25 años que se dedica a la afinación de pianos en salas de espectáculos o en viviendas particulares que lo requieran. A raíz de su  inquietud por extender la música para piano al gran público, puso en marcha la idea de instalar uno de estos instrumentos fuera de una sala de concierto para que los transeúntes puedan compartir su música con el resto. A esto agregó una serie de recitales con notables solistas, sin distinción de género musical.

“En Córdoba hay muy buenos pianistas y este ciclo es un lugar para que los instrumentistas puedan mostrar su arte”, dice Miguel Puch. El técnico va más allá de la estética y apuesta a una ética del ciclo cuando afirma: “En la música deposito una parte de la esperanza en un mundo mejor”.

Algunos nombres propios

El piano se ha destacado en Córdoba en diferentes escenarios y géneros musicales. Leonor Marzano selló para siempre el ritmo del cuarteto en su “piano saltarín” y Jorge Arduh fue coronado como el Fantasista del teclado en las célebres transmisiones radiales Glostora Tango Club y Ronda de Ases. Elvira Ceballos, intérprete folklórica de un timbre sin par, transcribió al sistema de Braille cientos de partituras de compositores clásicos, entre ellos, Beethoven, Chopin, Mozart, Mendelshon y Bach, nada menos.

Hilda Herrera y Manolo Juárez, maestros de la música popular argentina, también se suman a la lista. A su turno, en la segunda mitad de la década de 1950, el pianista César Franchisena revolucionó la escena con la introducción de la música contemporánea. Dentro del vasto universo clásico, brota la nostalgia al recordar a Lidia Mazzieri y resuenan los maestros Gerardo Casalino, Dante Medina, Eduardo Gramaglia, con las jóvenes figuras como Marcelo Balat y Fabricio Rovassio.

Mientras que en la escena del jazz y la música contemporánea, los pianistas Luis Lewin, Juan Carlos Tolosa, Mingui Ingaramo, Juan Cruz Peñaloza y Eduardo Elía, entre tantos otros, expanden una larga tradición que enorgullece a la cultura musical cordobesa.​